Música

Runaway, 30 años en la resistencia musical en Mallorca

La empresa creada por Peter Terrassa, primero tienda en el barrio del Puig de Sant Pere y luego sello discográfico, celebra tres décadas de intensa actividad sonora

Peter Terrassa, en la entrada de su tienda Runaway discos, con la que sería su mujer y madre de sus dos hijos, Tonyi

Peter Terrassa, en la entrada de su tienda Runaway discos, con la que sería su mujer y madre de sus dos hijos, Tonyi

Runaway, el sello musical de Peter Terrassa (Palma, 1967), nombre imprescindible para entender la historia reciente del punk rock mallorquín, el hombre que levantó una Fira del Disc desde la nada y que este año cumplirá 21 ediciones, celebra 30 años en la resistencia musical. Un ejercicio que primero vivió al frente de una tienda que revolucionó el barrio del Puig de Sant Pere y la escena del momento, y posteriormente a los mandos de un sello que, con la independencia por bandera, ha acabado convirtiéndose en toda una referencia.

Todo empezó con los Beatles

«Nací en el 67, el año del Stg. Pepper’s de los Beatles, que también fue el primer disco que tuve, regalo de un vecino cuando contaba 10 añitos. Así que estaba escrito, mi vida tenía que estar ligada a la música», reconoce con una sonrisa este devoto del coleccionismo que en su juventud, antes de abrir su tienda, estudió Empresariales y trabajó en un banco y en unos grandes almacenes: «Mis padres siempre me decían que era muy buen negociante. De joven soñaba con ser empresario, y quise juntar esas dos pasiones, la música y el mundo empresarial».

Peter Terrassa, en su templo sonoro del Puig de Sant Pere

Peter Terrassa, en su templo sonoro del Puig de Sant Pere / Torrelló

La tienda abre sus puertas

El 24 de abril de 1993 se escuchó más ruido del habitual en el número 4A de la calle Costa de Santa Creu. Peter y sus colegas, entre los que se encontraban Toni Verd y Ginés Fernández, de los Crudos; el coleccionista Pepe Delgado; y la artista Llum Miranda, celebraban el nacimiento de Runaway discos, que abriría sus puertas dos días después al ritmo del Flood of lies de los UK Subs.

«Éramos jovencitos y teníamos una ilusión enorme por arrancar aquel proyecto. Era una idea que llevaba en mi cabeza desde hacía mucho tiempo y que en un principio iba a desarrollarla con un amigo, Joan Ramis. Al final lo hice con Antònia Mas, Tonyi, la que sería mi mujer y madre de nuestros dos hijos. Me gustaba el barrio del Puig de Sant Pere, a pesar de que a veces era algo conflictivo al existir algunos puntos de venta de droga, y opté por buscar ahí el local, en un antigua tienda de ropa y rollo esotérico. Era una tienda pequeñita, con los cedés a un lado y, al otro, los vinilos. Desde el principio apostamos por el vinilo, lo que nos costó que nos tildaran de locos», confiesa su propietario.

El fenómeno Nirvana

El alquiler era «barato», 25.000 pesetas de la época. Lo importante, más que el lugar donde estaría la tienda, «era el producto y el tener pocos gastos», apunta. El de Sant Pere era un barrio en ebullición, con marcha, con el Bar Martín, el Ca’n Toni, El Tomate, luego llegaría el Crui... «Los primeros años no tuvimos ni una sola superventa, hasta que llegó el fenómeno Nirvana, que sí supuso un auténtico empujón a la hora de vender discos», afirma. Con más ilusión que medios, Runaway fue dándose a conocer entre los melómanos, que por aquella época se movían entre Xocolat, Surcos y poco más. «Siempre admiré su pasión por la música. Creo que su felicidad es poder dedicar su trabajo a este mundo musical en las diferentes variantes que ejerce», comenta Miquel Àngel Sancho, de Xocolat. 

Peter, con Mani, bajista de los Stone Roses y Primal Scream, y 'Luigi', empleado en Runaway

Peter, con Mani, bajista de los Stone Roses y Primal Scream, y 'Luigi', empleado en Runaway

El primer disco vendido

El primer disco que se vendió en Runaway fue Heavens to murgatroyd, de Headcoats, del sello Sub-Pop de Nirvana (fue adquirido por Toni Verd, de Crudos), al que siguieron otros, también de éxito considerable, como Dirty de Sonic Youth, Onion Soup de Sexy Sadie, Inside me de Henteligens, Resipe for hate de Bad Religion o el Slanted & enchanted de Pavement. Bandas como El Inquilino Comunista, Superchunk, Yo La Tengo, Cerebros Exprimidos, Rancid, Pixies y Parálisis Permanente siempre funcionaron bien en aquel templo sonoro, situado en la planta baja de un edificio en el que también funcionaba el venerado fanzine Youthing. «Runaway consiguió que se acercaran las bandas de rock de toda Mallorca por el barrio de forma habitual y facilitó que el Youthing se instalara en la misma finca entre 1995 y 1999», comenta Gabriel Quetglas, su creador.

Hoja de ventas de los primeros días de Runaway discos

Hoja de ventas de los primeros días de Runaway discos

Muro y su adicción a Runaway

«El boom nos llegó con la gente de Muro, Can Picafort y sa Pobla», cuenta Terrassa, que junto a Joan 'Fred' Julià y Pep Cueva había montado unos años antes el sello Malafama, que tuvo en Henteligens a uno de sus buques insignia. Este grupo de Muro era de los que más sonaban en el Malafama, como también se llamaba el «antro» de Can Picafort frecuentado por los seguidores del subpop. «En el Malafama pinchaban la música que se vendía en Runaway discos y eran muchos lo que venían a comprar a la tienda lo que habían escuchado el finde anterior. Recuerdo que vendimos por un tubo a un grupo australiano, Magic Dirt, que no dejaba de sonar en el Malafama. Imagínate el distribuidor, quedó flipado».

Las distribuidoras americanas, como Morgan, trabajaban mucho con Runaway, que llegó a contar con algunos clientes asiduos de renombre, como Jaime Triay, el cantante de los Cerebros Exprimidos. «Curraba de mensajero y prácticamente venía cada día con su moto. También eran unos habituales el dueño del bar Enemigo, Luis Pérez ‘Luigi’, Joan Vich, Omi... Éramos y somos una gran familia, que ya desde muy pronto empezamos a vender en ferias y festivales, como el de Benicàssim, el Azkena, BBK Live de Bilbao, el Resurrection o el Rock am Ring de Nürburgring», detalla Terrassa.

Palabra de Omi

«La primera vez que fui a Runaway me pareció de los mejores sitios con los que una adolescente como yo podía soñar», recuerda Omi, integrante de grupos como Sweet Poo Smell y Fundación Francisco Frankestein. «Estaba petado de discos con mucha distorsión, había un perro (en realidad era una perra, na Lluna, creo) y el tipo que regentaba la tienda no era especialmente dado a la cháchara social. No recuerdo muy bien como me hice colega de Piter, supongo que en algún momento empecé a hacerle preguntas sobre grupos. La cuestión es que empecé a ir no sólo a comprar, sino simplemente a saludar y a comentar bolos o discos que había estado escuchando. Sin darme cuenta me había convertido en una parroquiana más de Runaway! Allí conocería a gente con la que acabaría tocando (como Víctor de Junk Galaxie o David de DMC y FFF), trabajaría en la misma tienda, participaría en casi todas las ediciones de la Fira del Disc desde sus inicios en Ifebal, incluso formaría parte de los grupos que ha editado bajo su sello. Siempre me alegro de encontrarme a Piter, y la verdad es que no recuerdo ninguna ocasión en que lo haya necesitado y no haya estado ahí para echarme un cable», confiesa Omi.

Toni Pla, parlanchín e inventivo

"En el 95 apareció Toni Pla y con él llegó la revolución", rebobina Terrassa. Hermano de Pere Pla, figura capital del pop rock de los 80, Toni Pla irrumpió en la escena musical del momento, al principio de la mano de Peter de Runaway, posteriormente en la sala Sonotone, y luego en solitario, al frente de festivales como el Isladencanta, que en 2002 se trajo a Mallorca a los mismísimos Oasis. "Era muy parlanchín, no sé por qué me asocié con él, no lo recuerdo muy bien. Con él y con Joan del Tomate montamos la Festeta de Sa Costa, sin ningún tipo de ayuda, un encuentro que llegó a ser muy popular y en el que tocaron, en los tres años que se hizo, Doctor Explosión, Killer Barbies, La Gran Orquesta Republicana y La Txaranga Revoltosa. No resultaba fácil trabajar con Toni pero conseguía cosas que nadie conseguía, y si no se las inventaba. Con Toni abrimos la Sonotone, pero solo duré 8 meses. Había nacido mi hijo y era complicado llevar aquella vida intensa".

Wipe out skaters, en concierto, en el 95

Wipe out skaters, en un concierto impulsado por Runaway, en el 95

Un agitador imprescindible

Runaway discos cerró sus puertas 14 años después de su inauguración, en 2007. «Fue una decisión acertada, el horario era muy esclavo y quería dedicarme a otras cosas», se sincera. El negocio continúa de modo online y las visitas a ferias y festivales continúan, con la Fira del Disc de Mallorca como empresa estrella. «Piter es un pilar básico para la escena musical en Mallorca, un agitador imprescindible y un entusiasta empedernido. Siempre se mete en líos, ¡afortunadamente para todos!», valora Joan Vich, antiguo socio y amigo fiel. «¡Qué decir de Runaway! Es todo un referente para un sello pequeño e independiente como Espora. Es referente en gestión independiente y de cómo con pocos recursos y muchas ganas se saca adelante un sello poniendo al artista en primer lugar. Y tomando bastante de la filosofía del DIY (Hazlo tú mismo). Un ejemplo a seguir», defiende Pinxo, de Espora Records.

Con un ayudante muy especial, Eric Davidson de New Bomb Turks, y Fede Fossati de Dinamo en el stand del Azkena Rock

Con un ayudante muy especial, Eric Davidson de New Bomb Turks, y Fede Fossati de Dinamo en el stand del Azkena Rock

Dedicación y pasión

Cuenta Peter Terrassa que solo se puede sobrevivir a 30 años en la música con "mucha dedicación y pasión". "He sido muy trabajador y le he echado muchas horas. Hemos tenido altibajos pero siempre nos hemos mantenido a flote y nos hemos diversificado: camisetas, organización de eventos, ferias... Trabajando en un banco, que lo hice hace años, quizá tendría más dinero pero estaría más amargado".

Peter Terrassa, un imprescindible de la escena musical

Peter Terrassa, un imprescindible de la escena musical

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