La historia de José Esteves de la Concepción, ‘Chocolate’, un niño gitano de origen portugués que llegó con su familia a Mallorca a mediados de los años 70 y que gracias en parte a su prodigiosa voz llegó a convertirse en un pequeño mito de Palma, es el eje central del nuevo texto del dramaturgo Rafel Gallego, que se presenta este sábado día 5, a las 20 horas, en el Espai el Tub.
Chocolate, que así se llama el texto de Gallego, ha sido escrito durante su residencia de dramaturgia en el mismo Espai el Tub, en colaboración con el Teatre Principal de Palma, y su presentación, enmarcada en el Festival de la Paraula, se hará con un innovador formato que combina la puesta en escena con la grabación y posterior emisión en Sala 3, el podcast del Principal.
Cuenta Gallego que fue a partir de la lectura del libro Ahir enterràrem un nin a Ciutat, publicado por el historiador Tomeu Canyelles, cuando comenzó a gestarse este proyecto: «No sabía de la existencia de ‘Chocolate’ y ese libro me atrapó desde la primera página. Descubrí un niño prodigio, que cantaba como los ángeles e interactuaba con la bohemia y el activismo de la época. Una mezcla de Tom Sawyer y Joselito, hijo del lumpen, inmigrante de familia gitana portuguesa que se saltaba las barreras de clase gracias a su don y a su carisma».
Lo cierto es que ‘Chocolate’, a pesar de su corta existencia, puesto que murió con tan solo 13 años de edad, dejó una profunda huella en la escena musical del momento, que el periodista Fernando Merino retrató en uno de los capítulos de su libro Cabello de ángel y años después rescató el citado Tomeu Canyelles con una profunda investigación.
«Chocolate (1965-1978) tuvo una vida corta, muy intensa, y creo que su memoria merecía ser rescatada», señaló en su día Canyelles.
Una voz poderosa, sin igual
Dueño de una voz poderosa y un talento sin igual, ‘Chocolate’, que vivía en sa Calatrava, sorprendió en el Selva Rock del 77, cuando se subió de modo espontáneo al escenario y se puso cantar, acompañado a la guitarra por el músico Ramón Olivares. En Palma entabló amistad con el norteamericano residente en Deià Mark Auren y pronto se codearía con Kevin Ayers, Daevid Allen, Joan Bibiloni y otros ilustres. «Llegó a cantar con Sabina y me dicen que conoció a Paco de Lucía. Todo el mundo coincide en que hubiese triunfado», asegura Gallego.
El dramaturgo y crítico teatral de Diario de Mallorca ha acudido, a la hora de escribir su texto, a todas esas personas que le conocieron, «que fueron muchas», apunta. «La fuente principal ha sido Mark Auden, su mejor amigo (el rubio que sale con él en una icónica foto tomada durante la ocupación de sa Dragonera). También Montse Pujolà, ecologista, que le acogió alguna vez en su casa; Jaume Santandreu, que también le conoció; Toni Julià, que residía en Deià, y muchos más».
Lectura dramatizada
En formato de lectura dramatizada, Chocolate será interpretada por Rodo Gener, Enka Alonso, Maria Rosselló y Joan Toni Sunyer, bajo la dirección de Catalina Florit. «El personaje lo van interpretar los cuatro actores que van a hacer la lectura. He intentado plasmar las distintas teorías sobre su vida y su muerte y en cada parte de la pieza, ‘Chocolate’ toma una voz diferente, mostrando a un personaje jovial, introspectivo, oscuro, niño, adulto, ambicioso, envidioso...», avanza su autor.
La Ciutat de aquellos años, finales de los 70, también será protagonista. «He intentado plasmar el contexto histórico, social, artístico de final de los 70. Una Palma, una Mallorca y un mundo que cambiaba pero que no sabía dónde iba... muchas revoluciones incipientes tras décadas de franquismo, libertad, libertinaje, bohemia, activismo y drogas... un cocktail apasionante».
Una vida, tan corta como intensa, la de ‘Chocolate’, que acabó con una muerte inesperada, aun cargada de misterio. «Hay muchas teorías sobre su muerte, casi una por cada persona con la que hablas. A parte de la oficial de la policía (sobredosis), también se dice que le mataron porque era confidente de la pasma, que se lo cargó un cliente (parece que a veces se prostituía), que alguien poderoso contrató a un sicario porque el niño sabía muchas cosas, o que un drogadicto le tiró desde la muralla», comenta el dramaturgo.
