El tenor navarro Joaquín Asiáin ha interpretado el papel del cisne asado en la obra Carmina Burana en más de 200 ocasiones, incluso colgado a ocho metros de altura en un montaje de la Fura dels Baus que le exigió prepararse físicamente para ese reto. Este jueves, 6 de octubre, a las 20 horas, actuará en la Sala Magna del Auditorium de Palma, en el concierto que ofrece la Orquestra Simfònica de Balears, dirigida por su director titular, Pablo Mielgo.

Después de más de 200 interpretaciones, ¿le sigue emocionando interpretar al cisne?

Es una cuestión de que la voz participe, de que esté bien. Es una partitura agudísima, las notas agudas que están escritas son el límite para el tenor, para mí siempre es un reto, cada vez que sales. Y yo solo tengo un aria, tengo que hacerlo todo ahí, en tres minutos, no puedo permitirme ni un fallo, porque ya no tengo oportunidad de recuperarlo en otro número que haga. 

¿Se prepara de alguna manera especial?

Vocalizar, que estés descansado, que la voz esté descansada, que hayas dormido bien… Después de comer descanso, porque así la voz se regenera… El problema de los cantantes es que siempre llevamos el instrumento encima. Si tú estás cansado, la voz está cansada, si estás mal psicológicamente, tú voz también lo está… Estás prisionero de la voz, tienes que estar pendiente. 

Se ha propuesto ser el tenor con récord de Carmina Burana.

Sí, lo tengo. Como tenor español, no hay nadie que haya cantado tantas Carmina, es imposible porque no se hace tanto en España. Yo he ido por varios países, aquí no hay tanta programación y cuando la hay, llaman a uno, llaman a otro... 

¿Recuerda alguna interpretación especial? ¿La de la Fura dels Baus?

Sí, quizá el mayor reto fue ese, estar arriba, a ocho metros colgado, en un muelle, en donde te cuelgan las piernas y te agarras al muelle para liberar el diafragma y poder respirar y presionar… Salió muy bien, pero sí, fue el mayor reto. 

¿Cuáles son esos lugares donde más le ha impresionado actuar?

Pues desde el Auditorio Nacional de Madrid hasta el de México, en la Filarmónica de Berlín, en Stuttgarter Liederhalle, en Uliánovsk, en Rusia, en Monterrey, ante 15.000 personas, que parecía como si fuera los Beatles... son muchos, no me acuerdo de todos.