El Festival de la Canción de Eurovisión regresa dentro de dos semanas marcado por las tensiones geopolíticas que sacuden al continente, con Rusia excluida del certamen y con Ucrania como la gran favorita en la final 14 de mayo en Turín.

El país asediado por las tropas rusas se presenta con Stefania, una nana de la Orquesta Kalush que mezcla rap y música tradicional. «Siempre encontraré el camino a casa, aunque todos los caminos estén destruidos», dice una parte de la canción. Por contra, los organizadores expulsaron a Rusia del certamen un día después de que invadiera Ucrania.

A dos semanas de la competición, Ucrania parte como gran favorita, según las principales casas de apuestas donde los ‘eurofans’ hacen sus quinielas. Le sigue Italia, con el dúo Mahmood y Blanco, y Suecia, con la cantante Cornelia Jakobs. En el top 10 entra Chanel con SloMo representando a España, así como Reino Unido, Polonia, Grecia, Noruega, los Países Bajos y Australia.

La guerra en Ucrania marcará seguramente el festival, pero «esto no es inédito», explica el historiador Dean Vuletic, investigador de la Universidad de Viena y autor de libros sobre la geopolítica de Eurovisión. «El público muestra un fuerte apoyo a Ucrania, pero yo no asumiría que vaya a ganar», agrega. «En 1993, Bosnia y Croacia no quedaron muy bien paradas», a pesar de los ataques de Serbia, recuerda el historiador.

Hay otros ejemplos. En 1975, Grecia boicoteó la competición para protestar contra la invasión de Chipre por parte de Turquía, y en 1992, las guerras que siguieron a la desintegración de Yugoslavia marcaron el certamen.