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40 aniversario de la galería y taller 6A

La emoción de convertir la piedra en arte

El reluciente Premi Ramon Llull pone el broche a cuatro décadas de la sala expositiva y de creación dedicada a difundir la litografía como medio de expresión artística

La galería y taller 6A celebra su 40 aniversario con el reluciente premio Ramon Llull

La galería y taller 6A celebra su 40 aniversario con el reluciente premio Ramon Llull B. Ramon

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La galería y taller 6A celebra su 40 aniversario con el reluciente premio Ramon Llull Raquel Galán

«Cuando levanto el papel de la piedra para ver la imagen que he dibujado, me crea una emoción extraordinaria». El artista Ramon Canet lo cuenta junto a una de las prensas litográficas de dos siglos de antigüedad, «de las primeras que existieron», que funcionan artesanalmente en el taller 6A. Momentos antes de esa sensación «inexplicable» que le «maravilla», el litógrafo ha pasado la tinta y el rodillo para realizar la primera prueba de la estampación. «No es lo mismo que hacer un dibujo en un papel», añade sobre la técnica tradicional que se desarrolla en este centro de creación. El taller y la galería especializados en obra gráfica artística, los únicos en España con esta combinación, conmemoran su 40 aniversario y acaban de ser galardonados con el Premi Ramon Llull. Es el broche de oro a una trayectoria en la que han introducido la litografía en Mallorca, han creado alrededor de 1.600 imágenes de más de un centenar de artistas y han puesto su granito de arena para mejorar el tejido cultural de la isla.

El responsable del taller, Francesc Campins, con una prensa de hace dos siglos. B. RAMON

«El secreto de haber llegado hasta aquí y poder seguir es tener pasión, creer en lo que estamos haciendo y estar convencidos de que la cultura es imprescindible para la evolución de la sociedad», en palabras de la responsable de 6A, Bel Font. Por este motivo, ve el reconocimiento que recibirán la víspera del Día de Balears como «un enorme estímulo». Canet es uno de los fundadores junto a los artistas Maria Carbonero y Lluís Roca y el impresor Pep Sitjar. Él también está ilusionado, aunque duda del futuro de la litografía si los artistas jóvenes no se acercan a esta técnica centenaria. «Para apreciarla deberían conocerla, porque el proceso de dibujar en la piedra y hacer la estampación es único y el resultado no se puede lograr con ningún otro método de los muchos que tienen las nuevas tecnologías», compara. Explica que «exige más esfuerzo y oficio y es mucho más lento, aunque la calidad de impresión que ofrece la piedra es inigualable».

Los impulsores de 6A: Roca, Sitjar, Canet y Carbonero. | B. RAMON

El apoyo recibido durante las cuatro décadas de existencia de 6A «procede de los suscriptores del taller y de los artistas, porque sin estos últimos las máquinas y el material no sirven para nada», como apunta el fundador sobre las prensas y piedras litográficas que mueve con soltura el director del taller, Francesc Campins. Y destaca que antaño «se hacían muchas cosas con este sistema, como los carteles de las corridas de toros o las estampaciones en las cajas de ensaimadas», pero con el tiempo fue sustituido por técnicas más modernas.

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Los orígenes

6A debe su nombre a que antes la entrada al taller se encontraba en el 6A de la calle Pont i Vic (ahora se accede por Puresa) y la idea de fundarlo «surgió de un modo prosaico», dice Canet. «En Barcelona realicé una litografía para una exposición en Palma y el taller fue tan caro que pensé que no podría hacer más. Más adelante conocí a un colectivo de pintores en Sevilla que se dedicaban al grabado y tenían un taller que era una especie de cooperativa, por lo que se lo conté a Pep Sitjar, que estaba al frente de la imprenta de Santa Eulàlia». La base es la misma, pero desconocía la técnica litográfica, por lo que el reconocido artista empezó a investigar y a formarse en Barcelona junto a Carbonero, que se sumó al proyecto. Un año después, en 1982, nació 6A con los conocimientos de ambos, la rápida adaptación del impresor y la adquisición de una prensa y unas piedras especiales para ello.

Una piedra litográfica con un retrato antes de ser estampado en papel. | B. RAMON

«El objetivo era que todos los pintores de Mallorca pudiesen crear litografías. No había ningún fin puramente comercial, sino que pretendíamos recuperar la técnica tradicional, ya que en los 80 había un boom artístico y esta alternativa de obra gráfica era muy interesante», recuerda. La responsable del taller y la galería añade que «la labor que hicieron tuvo un sentido sociabilizador importantísimo. La humanidad siempre se ha encaminado hacia la difusión de la información y esto es lo mismo. La esencia de la xilografía, calcografía, litografía y fotomecánica es comparable a la finalidad de los móviles y redes sociales, es decir, poder llegar a más gente», afirma Bel Font, ya que tras recuperar una técnica perdida, «lo que ha hecho 6A es que más miradas conozcan este tipo de arte». Por ello, el Govern les concedió el lunes el premio más importante de Balears.

El artista Pep Coll en el taller en 1994. | B. RAMON

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