"Siempre junto al mar". Así es como Joan Manuel Serrat, que este jueves ha anunciado su retirada de los escenarios, compuso su emblemático disco Mediterráneo, viajando entre Girona, Guipúzcoa y Mallorca. El cantautor catalán se despedirá con una gira que empezará el 27 de abril de 2022 en Nueva York, recorrerá América Latina y España y concluirá el 23 de diciembre del próximo año en Barcelona.

Fue en el mar de Mallorca, según explica el cantautor catalán, donde encontró la calma, la libertad y la paz que tanto necesitaba para componer los diez temas que incluiría en el disco Mediterráneo, publicado en 1971. Entre ellos, está la magnífica Lucía, el aventurero Barquito de papel y el tema que se convirtió casi en un himno y que en 2017 él mismo rescató en una campaña para apoyar a los refugiados: Mediterráneo. Un mar con tanto significado que también ocupó la portada del álbum.

Cala d'Or, inspiración para Mediterráneo

La costa mallorquina de Cala d'Or, donde sus padres tenían una casa, formó parte de ese proceso creativo en los años 70. La colonia, hoy en día un conjunto de calles en las que restaurantes thai o steak se intercalan con tiendas de thaisteaksouvenirs; en la que el centro y la costa la ocupan hoteles y en la que el inglés, el alemán y el francés se han convertido en las lenguas cooficiales, no tiene nada que ver con el Cala d'Or.

El cantautor vivía en la calle es Ravells, en lo que ahora es el Meliá Cala d'Or Boutique Hotel, a menos de diez minutos a pie del agua turquesa de la Cala Gran. Hasta esa casa hizo llegar en su día un piano en un carro tirado por burros para poder ensayar junto a su amigo el músico Ricard Miralles, y allí compuso parte de las canciones que compondrían Mediterráneo.

El escritor Cristòfol-Miquel Sbert explica a este diario que en la década de los 60 y 70, "cuando los cantantes superaban en popularidad a los actores", Cala d'Or era el destino favorito para muchos artistas. En esos veranos, el bar Fernando de la Avenida Tagomago se convertía en una improvisada sala de conciertos donde Serrat, junto a Camilo Sesto, "se sentaban guitarra en mano, cantando canciones e invitando a todo el mundo".

También el fundador de Trui, Miquel Jaume, conoce bien al cantautor. "Tengo suerte, pero no de ser yo su amigo, sino de que él me acepte a mí como tal", dice Jaume, representante del cantante en Balears. Destaca que Serrat no ha dejado a Mallorca fuera de ninguna de sus giras "grandes o pequeñas, porque siempre ha querido mucho a la isla, es algo que repite siempre que viene, en los escenarios y fuera de ellos".

De hecho, Mediterráneo no es el único ejemplo del amor que Serrat profesa hacia Mallorca, ya que hay otras dos canciones con historias relacionadas con la isla. Si alguna vez se han preguntado quién nació libre como el aire, no tiene amo ni patrón, se alimenta a escondidas como un gorrión, también hay que viajar al Cala d'Or de los 70: se trata de Amelia de Anta Ferrer, a quien llamaban los habitantes de la colonia n'Ameli, una mujer "guapa, distinguida y popular que se dedicaba a decorar casa particulares", explica Sbert. "No fue el único en dedicarle una canción, Camilo Sesto también lo hizo".

Tampoco fue la casualidad ni la búsqueda de la rima lo que hizo que el cantautor escribiera prefiero los caminos a las fronteras y una mariposa al Rockefeller Center, y el farero de Capdepera al vigía de Occidente. Jaume asegura que, aunque se hable mucho de Cala d'Or, Serrat ha paseado por toda la isla: "Sé que Cala Rajada es un sitio especial para él. Ha pasado allí mucho tiempo, en verano y en invierno, y por eso menciona el Faro de Capdepera" en Cada loco con su tema.

Cala d'Or fue el escenario también de situaciones amargas para el cantautor. Fue allí, cuenta Sbert, donde Serrat vio por televisión el triunfo de Massiel en Eurovisión "con el La la la que él rechazó si no lo podía cantar en catalán", rodeado de familiares y amigos en lo que fue "una noche agridulce para él".