La compositora palmesana Carme Fernández Vidal se ha inspirado en la Dama de Eivissa, una de las piezas más importantes del arte púnico, para crear una obra que se estrenará en el Museo Arqueológico Nacional.

¿Cómoda en los encargos? 

Un encargo te proporciona un contexto, un estímulo, nada más. Ese estímulo existe siempre en cualquier acto creativo, y a partir de ahí el creador empieza el ideario en todas sus diferentes fases; un proceso creativo propio, ajeno a ninguna inferencia externa más allá, si acaso, que aquellas a las que el compositor quiera atender o someterse voluntariamente. Un encargo no supone una restricción sino un acicate. Todos los compositores de todas las épocas han escrito su música en función de sus circunstancias y los medios a su alcance.

¿Cuál fue el punto de partida de esta pieza musical?

Tenía que seleccionar una Dama o Diosa de las que se hallan custodiadas en el Museo Arquológico Nacional. En estos casos, especialmente cuando se trata de proyectos o propuestas nacionales o internacionales, busco la manera de trasladarlos a mi tierra, a mi identidad al fin y al cabo. Así pues mi búsqueda se centró en encontrar una representación vinculada a Balears. Cuando vi la Dama de Ibiza e indagué en su historia y simbolismo, supe la obra que quería hacer.

¿Viajó mucho a Madrid para conocer in situ la ‘Dama de Eivissa’? 

Hace años visité el Museo Arqueológico Nacional; para esta ocasión hice una visita virtual y la investigación pertinente. Pero recordemos lo que hemos dicho al principio, musicalmente hablando la figura de terracota y su simbología únicamente es el estímulo inicial de un constructo propio.

La compositora Carme Fernández Vidal, en el Secar de la Real. GABI RODAS

¿La pandemia le trastocó el proceso de creación?

Este concierto estaba programado para marzo de 2020. Como tantas otras actividades culturales y artísticas tuvo que suspenderse por la pandemia y el confinamiento. Por suerte es uno de los proyectos que se ha rescatado, gracias al tesón de organizadores y programadores empeñados en sacarlo adelante. Es un proyecto planificado con mucha sensibilidad e inteligencia, y que se ha cuidado al detalle. Me siento muy afortunada de formar parte de él. Es además un proyecto multidisciplinar: música de nueva creación y también hay poesía escrita expresamente para la ocasión, de Nuria Ruiz de Viñaspre. El evento constará por tanto de una puesta en escena y a pesar del aforo limitado se grabará en vídeo, que podrá verse en el canal del museo y en YouTube.

Me imagino que un concierto, y más un estreno, en estos tiempos que corren con la cultura agonizando, supone una inyección de moral.

La situación es realmente precaria para el sector cultural, y aunque el hecho de que este proyecto finalmente se lleve a cabo y resulte un regalo a nivel personal, no hace que desaparezca toda la preocupación y las dudas ante un futuro incierto. Se ha cumplido un año y la situación persiste: la semana pasada me escribía una intérprete que tenía programado un recital para el 19 de marzo diciéndome que se había cancelado porque el gobierno holandés todavía no da permiso para abrir salas y hacer este tipo de eventos. Me decía que «el proyecto sigue en pie en cualquier caso e interpretaré tu obra cuando vuelva a poder reprogramarse». Sí, la verdad es que estos ejemplos de tesón y resistencia activa a la situación me infunden ánimos para seguir adelante.

¿Ha trabajado con los intérpretes?

Hemos hecho un primer intercambio de impresiones y seguiremos trabajando la obra en estos días que quedan antes del concierto. Siendo la música un arte que precisa necesariamente del papel del intermediario, en ese juego a tres bandas, creador-intérprete-auditor, el intérprete es fundamental en su recreación de la partitura. En esta «puesta en vivo» de una partitura el factor humano me resulta imprescindible, precisamente para que la música transpire humanidad, con todo lo que la palabra encierra.

¿Qué define su obra?

Titulada Dama de Eivissa, la obra tiene dos números titulados respectivamente I- Puig dels Molins (la necrópolis ibicenca en la que se halló la imagen) y II- Ulls de la Mediterrània (en alusión a uno de los rasgos que caracterizan esta cautivadora figura). La plantilla de la obra consta de un set de percusión considerablemente amplio interpretado por tres intérpretes. Sintetizando mucho puedo decir que en el primer número priman las sonoridades de las membranas y en el segundo, de las láminas.

Las diferencias entre hombres y mujeres en la industria musical son abismales. ¿Esa brecha se ahonda en la música clásica?

La brecha de género existe en la música como en todas las demás profesiones. Ahora se habla más de ello, se pone sobre la mesa, pero las diferencias -de trato, de salarios, de oportunidades- persisten. Y si el primer paso para salir de esta sombra puede ser la denuncia, lo cierto es que no es suficiente, y hay que seguir avanzando rebatiendo estigmas para superar una convención sólo amparada en una tradición profundamente sesgada e injusta. Ante esta realidad aplastante ya no puedo sustentar por más tiempo ese ideal, deseable pero inexistente, de que el acto de creación está por encima de cualquier distinción, sea de género u otra. Así que, si cuando era más joven me preguntaba por qué tiene que haber una cosa tan específica, únicamente en torno a la creación femenina, ahora he llegado a la conclusión de que son enfoques necesarios. Un festival como Ellas Crean, auspiciado por el Instituto de las Mujeres, en el que han colaborado tantas y tantas entidades culturales a lo largo del amplio bagaje que ya lleva acumulado en sus 17 ediciones, deja constancia del rigor y del alto nivel de competencia artística con el que pueden llevarse a cabo estas empresas.