Son Amar ha despedido a dos tercios de la plantilla del recinto de cenas y espectáculos situado en la carretera de Sóller, frente a Palmanyola. La propietaria del complejo, Margaret Whittaker, y su socio, Martyn Smith, afirman que han tenido que dar «un paso necesario para reforzar Son Amar y garantizar su futuro», ya que la intención es reabrir en primavera de forma paulatina con nuevas zonas de ocio, aunque aún sin sus característicos espectáculos de música y danza. Han extinguido el contrato a 98 empleados, de los 152 que había, debido a la «gran incertidumbre» por la covid y las restricciones. Los 54 restantes son fijos discontinuos, están en ERTE o trabajan en el nuevo proyecto empresarial, que se denominará The House of Son Amar.

La propietaria argumenta que «tristemente, este año no va a ser bueno. Todo el mundo esperaba que iba a ser mucho mejor, pero solo será un poco mejor», por lo que «es insostenible mantener a casi 160 personas trabajando sin tener ningún ingreso y llegando a pagar 45.000 euros al mes por la Seguridad Social», destaca. «Es una isla que depende mucho del turismo, de lo que hagan otros países, de sus regulaciones y de si permitirán viajar».

Edén, 'El jardín secreto'.

La limitación de aforo al 30% en los recintos de espectáculos ha hecho inviable la apertura de Son Amar, excepto conciertos puntuales al aire libre durante el año pasado.

Nueva instalación, el Reino del Alcázar, para los niños.

Margaret Whittaker critica que el Gobierno «intenta hacer creer a la gente que ayuda más de lo que realmente ayuda» y pone como ejemplo que «la reducción de las cuotas a la Seguridad Social ha ido bajando y ahora es ridícula», de ahí que sea «insostenible» seguir con todos sus trabajadores más tiempo, esgrime. Martyn Smith recuerda que «los empresarios tienen que continuar pagando los demás impuestos, la electricidad, el agua, la basura, el alquiler..., ya que los gobiernos solo permiten posponer algunas cosas, aunque una ayuda real a los negocios no existe», reprocha. Son Amar está representada por la asociación balear del ocio nocturno (Abone), que se manifestó varias veces el pasado verano para exigir ayudas a este tipo de empresas.

La nueva zona infantil y el jardín secreto abrirán en primavera

Son Amar dejará de ser un complejo de espectáculos solo para adultos, ya que la próxima primavera abrirá sus puertas el Reino del Alcázar, dedicado a los niños. El espacio donde se ubicaba el antiguo restaurante El Castillo está en obras para convertirse en una fortificación con atracciones infantiles y un barco persa protagonizando el recinto al aire libre, que tendrá una entrada desde el exterior diferenciada del resto de las instalaciones.

Futuro teatro de Son Amar.

La propietaria de Son Amar explica que «se convertirá en un lugar fascinante para los niños, con espectáculos familiares y un restaurante». En la primera etapa del Alcázar se centrarán en la zona al aire libre, debido a las restricciones por la covid, aunque en el futuro también piensan en «espectáculos para niños en el interior del teatro», tal como apunta. El barco no solo será un área de juegos, sino también un escenario en el que habrá varias plataformas para los shows, y «en los mástiles se harán acrobacias», avanzó su socio. Smith detalla además que «todo está inspirado en la cultura mediterránea, incluida la música, y se convertirá en una experiencia única en la isla para las familias».

Los demás clientes también tendrán un nuevo recinto al aire libre en primavera, el jardín «secreto» llamado Edén, donde se servirán comidas y habrá «pequeños espectáculos y DJ en streaming», explica.

El tradicional espectáculo de Son Amar con cena incluida tendrá que esperar hasta que la situación se normalice, aunque el teatro también está siendo reformado por completo para mantener la distancia social entre grupos de espectadores. Las antiguas mesas y sillas se sustituirán por sofás y butacas que convertirán el recinto en el nuevo Supper Club.