La Catedral de Mallorca se empezó a construir en el siglo XIII, poco después de la conquista catalana de 1229, y no a principios de 1306, el año que se menciona en la documentación histórica tradicional.

Así lo ha defendido este jueves el arquitecto técnico mallorquín Miquel Ballester, autor de la tesis doctoral Evolución constructiva de la Catedral de Mallorca. Historia, técnicas y materiales de fábrica (1570-1630).

Durante los dos últimos años, Ballester, que es miembro del grupo de Conservación de Patrimonio Artístico Religioso de la Universitat de les Illes Balears (UIB), ha investigado los datos históricos inéditos sobre la construcción de este edificio “excepcional”, que se alzó sobre una antigua mezquita musulmana.

El autor de este libro avanza el comienzo de las obras de la actual catedral gótica a mitad del siglo XIII, y alarga el final de su construcción hasta 1630, tres décadas después de la bendición del portal mayor de la Almudaina, que hasta este momento se consideraba la conclusión de las obras.

La investigación de Ballester, dirigida por la doctora en Historia del Arte de la UIB Mercè Gambús, también documenta y explica la lógica constructiva de la última fase del levantamiento del edificio, que corresponde a un 40 % de la superficie total comprendida entre las cuatro últimas naves y algunas capillas laterales.

Gambús ha subrayado en un encuentro con la prensa, que la parte del templo entre los portales laterales y el portal mayor no se había documentado hasta el momento: “De la fachada principal no sabíamos nada”.

Los investigadores han argumentado que esta fachada, que da al Palacio de la Almudaina de Palma, se empezó a construir en 1503, por lo que lo han trabajado con la hipótesis de que ese año ya se había definido el perímetro que iba a tener el nuevo templo.

"La mezquita marcó la orientación espacial y las dimensiones de la actual catedral”, ha apuntado Ballester, quien ha matizado que hasta el momento del estudio, creía junto a Gambús que no había restos de la mezquita.

El arquitecto técnico ha recalcado que la mezquita en el interior de la catedral fue un elemento primordial en su construcción, tanto en superficie como en altura, ya que el primer plan constructivo redactado de manera global incluye nuevas capillas, como la de la Trinidad, así como una única nave.

Ballester ha descartado que la torre del campanario de la Seu se correspondiera con el antiguo minarete, tal como reflejan algunos de los documentos históricos analizados.

También ha señalado que las dimensiones de las tres naves y la altura de la capilla mayor, que incluye el rosetón mayor, se debe a factores constructivos en la conexión de la capilla real de la Seu y el espacio que ocupaba la antigua mezquita.

La Catedral de Mallorca y Ediciones UIB pondrán a la venta el libro de Ballester, cuya información de la tesis doctoral, además de resolver lagunas importantes sobre el proceso constructivo de la Seu, también servirá para futuros diagnósticos de su estado de conservación, ha reconocido Gambús.

A la presentación del libro a los medios de comunicación también han asistido el rector de la UIB, Llorenç Huguet, y el decano de la Catedral, Teodor Suau, quien han elogiado el interés y las aportaciones de Ballester al patrimonio de la isla.