Extravagante, diferente y única. Así es la estética de Baaldo, un joven de Calvià de 25 años que este mes de febrero publicará su álbum de debut, El chico de la doble A (Blau). Música arriesgada, "con la imagen por encima de todo", urbana, queer, con unas letras que ponen el acento en las frustraciones de un artista que, tras quedarse "en números rojos" y dedicar todos sus esfuerzos a su estreno discográfico, quiere que se reconozca su trabajo.

"Panterino a muerte", la urbanización Galatzó le ha visto crecer. Fue en las fiestas de 'la pantera rosa', como se conoce a esta zona residencial de Calvià, donde se le despertó el gusanillo, al probarse ante el público cuando solo contaba seis años y atreverse con un tema de David Civera, Bye Bye (mi picolísima dama). "En aquellos años las fiestas de la pantera eran una cosa gorda y conocida. Recuerdo que había algo muy típico que se sigue haciendo a día de hoy: los bailes populares de los niños. Subí e hice esa canción, y a partir de ahí me dije: Quiero ser algo, me quiero subir a los escenarios". Tres años antes, el Wannabe de las Spice Girls le había dejado huella, como más tarde lo harían los éxitos del Caribe Mix 2002, aquel superventas que arrancaba con el Aserejé. Sus padres, originarios de Granada y Badajoz, "nunca me apoyaron del todo, porque la música es un poco complicada, y han intentado separarme un poco de ese mundo. Pero al final he hecho lo que he querido, y lo que le gusta a uno, le mueve", confiesa.

Tanta pasión y entrega ha fructificado en El chico de la doble A, título que hace referencia a la conexión especial que tiene con valores y personas con la letra "a" por cabecera: Anahí es la primera artista que escuchó y admiró; enarbola por bandera el amor y la amistad; su abuela ha sido muy importante en su vida, como Azucena, su hermana; y cita el azul como su color preferido. El álbum, que verá la luz el 21 de febrero, se ha grabado en Valencia y en los Tramuntana Estudis de Consell, con productores como Checkpoint y Jaume Gelabert. "Es un disco muy casero. Yo vengo del desastre, ojalá tuviera un estudio propio", espeta.

'Vull ballar amb tu' le ha situado en el mapa del reguetón. El videoclip suma 17.000 visualizaciones en YouTube. No está mal, para una canción que le salió en cinco minutos y que desde el primer momento le dio buenas vibraciones: "En cuanto escuché la base ya estaba con la canción en la cabeza. Me vino de modo automático. Sentí algo diferente con esta canción. Sabía que iba a pasar algo superguay". En cualquier caso, Baaldo aclara que lo suyo no es el reguetón exclusivamente, sino el pop, lenguaje que le permite "experimentar" con otros géneros. "Lo urbano me atrae mucho por su estética, porque son gente que apuesta por lo visual, y porque es otro tipo de espectáculo que consumo y me atrae. Como el reguetón, también me seduce Lady Gaga, una de mis influencias y que se ve claramente en mi imagen y mi música". Otra influencia a remarcar es Pelopony, "que a la industria no le gusta nada", apunta. "No canta bien pero se curra los videoclips, los dirige ella, saca sudor y lágrimas para hacer su música, y eso me gusta. Me gustan los artistas independientes que se gastan 18.000 euros en un videoclip", subraya. "Yo no toco ningún instrumento. Mi música es muy arriesgada porque prevalece la imagen por encima de todo. No considero que tenga un vozarrón, ni soy el mejor bailarín del mundo, ni el mejor músico del mundo, todo lo que hago está relacionado con lo audiovisual. Quiero que eso se refuerce porque hoy en día es muy importante lo visual", insiste.

Rosalía, C. Tangana y Dua Lipa también han marcado a un Baaldo dispuesto a "sorprender al oyente con cada canción del disco", que contendrá títulos como El frío, "con unas bases dancehall tirando a Bad Gyal", o Barcelona is my California. "Tengo muy pocas canciones de amor. En el disco se habla mucho de las frustraciones que tengo como artista, de cómo quiero llegar a la gente y ésta no entiende cómo soy. El disco habla básicamente de eso. Hay una canción, Dame energía, que habla de la necesidad que tengo de estar conectado con el público en un escenario. La más triste es Lloro, la más frustrante, la canción que le escribiría a quienes no entienden lo que estoy haciendo".

Los lugares en los que ha vivido, caso de Sevilla y Finlandia, han inspirado algunas de sus canciones. "Estuve en Finlandia por un voluntariado europeo. Quería cambiar, siempre me han gustado los países nórdicos. Siempre he dicho que produciría un disco en Suecia. Los suecos son unos máquinas haciendo música, la música que yo busco". Baaldo, que también milita en un dúo de Dj's, Ojeras Hidratadas, con el que ha pinchado en Madrid, prepara estos días la puesta en escena de su esperado disco, un espectáculo que contendrá mucho baile, con seis bailarines, y visuales. No le pierdan la pista y no le pierdan de vista.