Carles García O'Dowd ya tiene la maleta hecha. Conocido como Carles GOD, el ilustrador mallorquín (Palma, 1988, ha ganado la prestigiosa beca Fulbright que le llevará a Nueva York este mismo sábado. Por delante tiene un año de formación y experiencias que espera sirvan para potenciar su carrera profesional.

Hace cinco años que Carles GOD regresó a Mallorca después de ocho años viviendo en distintos puntos del globo. En este lustro ha sido artista residente en Casa Planas, lugar en el que se halla el taller colaborativo sa Trini, y ha llevado a cabo diversos proyectos como Úter, junto a la artista Tonina Matamalas, sobre los derechos reproductivos; Shagaluf,Shagaluf en el que plasma su visión del turismo en Mallorca; y Zugunruhe, sobre las migraciones. Este último trabajo, ahora en proceso de realización, ha sido su carta de presentación para acceder a la prestigiosa School of Visual Arts de Nueva York a través de la ya citada beca. Aunque el programa financiará doce meses de estudios, el artista tiene un visado de dos años y espera poder completar otro curso en Nueva York, aunque para ello deberá conseguir una nueva subvención.

El tema elegido por Carles GOD para solicitar esta ayuda no puede estar más de acuerdo con la filosofía Fulbright, según explica él mismo. Esta línea de becas fue creada tras la Segunda Guerra Mundial por el senador norteamericano J. William Fulbright quien esperaba que el intercambio cultural entre estudiantes de diferentes países sirviera para fomentar la tolerancia. El programa es uno de los más prestigiosos del mundo y funciona en 144 países. En el apartado de arte se conceden cinco becas según otras tantas especialidades: museística, música, artes escénicas y artes visuales.

La vuelta al mundo académico de Carles GOD ha estado motivada por varias cuestiones. Una de ellas es que la vida se ha vuelto "muy difícil" en Mallorca debido a la precariedad laboral y el elevado coste de la vida: "Pedir esta beca es una manera de financiar y expandir mi carrera y alcanzar otros objetivos profesionales ya que en España, sin mecenazgo, es imposible subsistir como artista". En este sentido el ilustrador subraya que en Estados Unidos"hay otra cultura. Se paga mejor, se valora y se respeta tu labor".

La constatación de este hecho ha supuesto un cambio en el enfoque de su trayectoria y en la manera en que puede trabajar para hacer llegar su mensaje: "Esto me ha reforzado en la idea de que es posible. Cada vez veo más necesario sacar a la luz ideas potentes que cuestionen las bases establecidas y que puedan llegar a más gente no solo a una minoría culturizada". La profesionalización es imprescindible puesto que "No puedo pretender hacer arte de calidad, con un mensaje contundente y que comunique si yo no tengo unos mínimos de calidad de vida".

Es imposible separar la trayectoria artística de Carles GOD de su activismo. En los proyectos que ha realizado hasta el momento descubre cuáles son sus preocupaciones y porqué es tan importante que sus ideas lleguen al público. El ecofeminismo, que define como "el gran tema", es una perspectiva que procura tener siempre presente. La voz de los migrantes, el turismo y la gentrificación o el capitalismo rosa son algunas de los cuestiones que le inspiran a la hora de sacar los pinceles. Con el dibujo puede expresarse sin el corsé de las palabras. Los resultados llegan tras un proceso de investigación que suele mostrar que "nada es blanco o negro" y que le permite entender "por qué las cosas son como son."

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