No lo verbaliza, pero Cristina Pagès -nacida en Mataró aunque instalada en Mallorca desde hace 12 años- es una de esas personas con un mundo interior muy especial. Asume que se distraía en clase y se ponía a dibujar en las esquinas de los libros. En bachillerato cursó dibujo técnico, algo le despertó un gran interés por la geometría que, ahora, intenta combinar con una parte más creativa. Hay que saber que Cristina es optometrista, profesión que ejerció unos cuantos años. Ahora es diseñadora gráfica. Se sincera sobre su primer trabajo: “Me aburría. Si estaba mucho rato sin entrar gente me ponía a dibujar. Siempre he sido muy tímida y reservada, pero lo empecé a compartir en redes. No fue premeditado. De repente vi que a la gente le gustaba. Y eso sube la moral”. Casi por instinto estudió Diseño Gráfico, pero nada tiene que ver lo que hace en su trabajo actual con lo que muestra en su cuenta de Instagram @petipicolets.

Cuenta que se pone sus cascos y se evade. “Escucho todo tipo de música, pero tiene que ser tranquila, que me ayude a relajarme. Que hagan soñar. Es con las canciones que me inspiro. Cada petipicolet es una canción”, dice. Así, con esta palabra que empequeñece la boca cuando la pronuncias, es como ha bautizado Cristina a sus dibujos. Son minimalistas y pequeñísimos. Los realiza con un rotulador de 0,05 milímetros de punta. Y utiliza las herramientas del dibujo técnico - compás, escuadra, cartabón… - para hacerlos. “Son tan pequeños que dibujarlos es un momento. Lo que más me cuesta es tener la idea”. Tan pequeños que pueden compararse a una moneda de 2 céntimos.

¿Y qué dibuja? “Cosas relacionados con el espacio, el cielo, las estrellas, el agua, algunos animales...”. Sus dibujos transmiten una sensación de suspensión en el aire, de estar flotando. Debe ser algo así lo que siente Cristina cuando se pone sus cascos, le da al play y desaparece del mundo.

La mayor sorpresa fue que alguien le preguntara si vendía los dibujos. “Jamás imaginé que pudiera vender esto. Me han pedido algún diseño para tatuajes, alguna postas. Hace poco compré unos cuadernos e ilustré la portada. Aunque me parece un poco raro todo. Es como si fuera muy celosa de estos dibujos, pero al final los comparto y puede pasar que te pregunten por ellos”. Declara que no lleva muy bien lo de los encargos porque no le parecen “tan mágicos”. “Me cuesta ponerme en la cabeza de otra persona”, pronuncia casi disculpándose. Quizás tiene que ver con esa tierna timidez que desprende. Recuerda, sonrojándose, que una profesora de dibujo que tuvo una vez le dijo: “Cristina, no dibujas bien pero eres capaz de hacer que todo quede bien”. Y con un boli de 0,05 milímetros de punta.