L'elisir d'amore hace historia en el Teatre Principal. Los amantes de la lírica que ayer acudieron a la Sala Gran a disfrutar de la última función de la ópera de Donizetti dirigida por José Martret vivieron un momento histórico: el primer bis de un solista en los 33 años de la temporada operística del Principal. Tras los intensos y largos aplausos del público, el tenor Xabier Anduaga, que en esta producción debutaba en el papel de Nemorino, ofreció un bis. Nunca se había hecho. Por eso entonó la romanza Una furtiva lagrima que encandiló al público mallorquín. Desde el Principal recuerdan que hay que remontarse a los años 90 para encontrar un bis. Fue con Nabucco de Verdi pero fue el coro quien, debido al gran entusiasmo del público, regaló a la platea una nueva interpretación de Va, pensiero.

Con las entradas prácticamente agostas, solo quedaban unas cuantas de visibilidad reducida, la última producción del Teatre Principal ha encantado a los seguidores de la temporada de ópera. Una obra moderna, fresca, alegre y joven con una gran parte del equipo técnico que debutaba en el género como el mallorquín José Martret que era la primera vez que asumía el reto de dirigir una ópera o Alessio Meloni que debutaba como escenógrafo. Su primera vez ha marcado un antes y un después en la historia de la temporada de ópera del Principal ya que la fascinación del público llevó a Anduaga a entonar Una furtiva lagrima para agradecer a los espectadores sus intensos aplausos.

Este Elisir de José Martret ha cambiado de contexto y se ha trasladado al hall de un hotel al lado de una playa de Mallorca en los años sesenta, recordando así aquella luz con la que el boom turístico iluminó unos tiempos algo estáticos. La obra nos presentó al joven Nemorino, botones del hotel, que está enamorado de Adina, la directora que debe responder a la petición de matrimonio del sargento Belcore. Nemorino lucha por su amor y cae en la trampa de Dulcamara, un vendedor de humo que le consigue una poción mágica para que Adina se enamore de él.