P Playz ha estrenado Noso Nosotrxs somos

R Como guionista he intentado aportar todo el conocimiento que durante todo este tiempo he ido adquiriendo sobre el movimiento LGTBI. El director, César Vallejo, se puso en contacto conmigo para hacer un documental sobre la librería Berkana de temática LGTBI en Madrid. Es donde se gestaron las primeras manifestaciones del orgullo. Cuando empezamos a hablar con su dueña, Mili Hernández, vimos que teníamos que contar la historia del movimiento. Ha tenido muy buena repercusión.

P Los capítulos recorren la bandera del arcoiris...

R Exacto. Son siete capítulos. Cada color se adentra en un tema y en el último capítulo, el arcoiris, hablamos del futuro del movimiento y los nuevos retos. El amarillo habla de los que salieron a luchar en el 77 mientras que el verde aborda la creación de los diferentes colectivos LGTBI en España o la generación de barrios como Chueca. En rojo hablamos de la llegada del VIH y las infecciones de transmisión sexual. El azul se centra en el proyecto de parejas de hecho, del matrimonio igualitario, de la ley de identidad de género y el acoso. El violeta hace un recorrido específico del movimiento lesbiano y del colectivo bisexual mientras que el naranja aborda la historia de la transexualidad desde los setenta hasta ahora. La idea es tener toda la serie en Playz en diciembre ya que el día 26 se cumplirán cuatro décadas de la derogación del apartado 2 de la ley sobre peligrosidad y rehabilitación social, con la que se despenalizó la homosexualidad en España.

P ¿Y en qué momento de lucha se encuentra el movimiento?

R En un momento de cierta relajación. Cada vez que se consigue algo, se tiende a disfrutar del logro. Creo que es el momento de las identidades de género y de las identidades trans. Ahora ellas deberían ser las locomotoras del movimiento porque el hombre gay es el que ha sacado más beneficio de toda la lucha y el que más se ha aburguesado. Es una generalización. Ahora creo que hay más reivindicación en el discurso de la población transexual.

P ¿Qué retos se avecinan?

R Uno de los más importantes tiene que ver con identidad de género: las identidades trans y los roles de género. Es algo que las personas transexuales han empezado a cuestionar y será muy bueno para la sociedad. Hay que dinamitar ya los roles de género.

P Estrenan la serie en Playz de RTVE. ¿Qué gestión espera sobre la cadena pública?

R [Silencio] No lo sé. No han entendido que RTVE no es un regalo que se les da a los políticos cuando llegan al poder. Quieren intercambiar un tipo de política por otro y que en el fondo es lo mismo, un control del medio de comunicación público. Sus profesionales deben ser absolutamente libres. Con la elección de Rosa María Mateo he respirado porque he visto un poco de luz.

P ¿Y del ministro José Guirao?

R Espero que lo haga bien. Tiene una baza a favor: no tiene Twitter. Así, no lo pueden atacar ni sacar tuits de hace siete años. El ejemplo que damos a la sociedad es lamentable. Que le tengamos miedo a las redes sociales es un ejemplo deleznable para la sociedad y también para el periodismo, que en la actualidad tiene mucho que ver con Twitter. Se hacen informaciones con tuits. Es una precariedad de la profesión espeluznante. Utilizan las redes para deslegitimar. El mensaje que se envía es que ninguno podrá llegar a un cargo público porque le destrozarán.

P Usted fue nombrado asesor de Màxim Huerta. ¿Cómo vivió la ascensión y fulminante caída del exministro?

R Desde que fue nombrado, todos los comentarios destilaban prejuicios. Con todo lo que ha pasado, mi gran decepción han sido los medios de comunicación. Conocía lo que le había pasado a Màxim y puedo hacer una lista con cien nombres de personalidades que les ha ocurrido lo mismo. Lo que desconocía era lo mezquinos que pueden llegar a ser los medios, que se erigen como líderes de una opinión que decide que Màxim Huerta no es el candidato adecuado para el Ministerio de Cultura. Lo deciden ellos y comienza un linchamiento y una manipulación de la información. Todos critican TVE pero en esa semana vi más manipulación en La Sexta que en La1. La situación de Màxim Huerta es una multa de tráfico, una sanción administrativa. No es fraude fiscal pero todos los medios de comunicación hablaban de fraude fiscal en una época en que se gana una moción de censura a un partido absolutamente devastado por el fraude discal y la corrupción. El uso de estas dos palabras era malintencionada. Yo creo que no tenía que haber dimitido pero en el momento en que hay un vídeo en que Pedro Sánchez admite que nunca habría en su partido una persona que hubiese tenido una sociedad, tiene que renunciar, aunque ha dicho cosas que no ha cumplido. A veces nos ponemos muy éticos en unos aspectos y en otros, no.