Los artistas Eugenio Merino, Pablo España de Democracia, Abel Azcona y Santiago Sierra relataron ayer en Casa Planas, en un acto enmarcado en la Setmana per la Llibertat d'Expressió, algunas de las mordazas que han tenido que padecer a lo largo de su trayectoria. Cuatro artistas que han sufrido la censura, han estado incluso en prisión o se han enfrentado a procesos judiciales por causas en las que subyacía una violación a su libertad de expresión y creación.

Empezó Abel Azcona, quien antes proyectó su vídeo Amén, donde recoge una protesta en Pamplona contra una de sus exposiciones. "Yo entiendo el arte como herramienta política. Realizo piezas-detonante. En el caso de este proyecto, trabajé con unas hostias consagradas que formaban parte de un proceso íntimo", explicó el artista. "El arzobispo se personó en el juzgado directamente", señaló. "Con mis piezas busco que haya un debate social y ellos se posicionen y muestren su radicalismo", agregó.

Eugenio Merino se refirió a la denuncia que le interpuso la Fundación Francisco Franco por una pieza que presentó en Arco en la que exhibía al dictador metido en una nevera. "El presidente de Ifema, Álvarez del Manzano, le acabó dando la razón a la Fundación, que arremetió contra mí", comenta. "Al poder no le interesa que se use el arte como lucha o intención de cambio. Quieren que nos movamos en el arte comercial", denunció. En la misma línea se expresó Santiago Sierra, autor de la obra Presos políticos, censurada en la feria de Madrid. "Ahora se lo agradezco bastante porque me han ayudado a poner el tema sobre la mesa. Creo que esta obra ha sido acogida como un símbolo", considera. "Arco lo que hace es un canto a la decoración como la forma más sublime del arte", apuntó.

Al debate de Casa Planas asistieron cerca de 60 personas y también actuaron Las víctimas civiles.