La magia de la música de Bellini invadirá el miércoles, el viernes y el domingo el Teatre Principal con Norma, que regresa a la Sala Gran diez años después de su última representación. En esta ocasión, la temporada operística presenta la producción del Teatro Di San Carlo de Nápoles que cuenta con Lorenzo Amato como director de escena. El director del Principal, Carlos Forteza, explicó que este cuarto título confirma uno de los hilos de la temporada, el homenaje a Ezio Frigerio y Franca Squarciapino que firman la maravillosa escenografía y el vestuario. "

Con Norma, Lorenzo Amato se enfrentaba a una de las cumbres del bel canto. Por ello, tomó como referencia una producción alemana en la que se subrayaba el componente de humanidad. "El montaje es de una gran riqueza visual. Habla de la historia de un pueblo oprimido que vive en un bosque destruido tras la ocupación romana. Quiere reflejar la grandeza del pueblo eliminando todos los elementos para que la naturaleza domine el espacio. Es una metáfora de la sacralidad que envuelve toda la obra", señala Amato.

" Norma es un título fundamental de la tragedia neoclásica con una parte muy exigente para los roles principales", recalcó Forteza. La soprano Yolanda Auyanet encarna a Norma, que se ha convertido en "mi rol fetiche porque, aparte de la belleza de la música, es uno de los personajes más completos". El tenor Sergio Escobar se enfunda en el papel de Pollione mientras que la mezzosoprano Ketevan Kemoklidze como Adalgisa cierra el trío protagonista. Wojtek Gierlach es Oroveso. Los mallorquines Imma Hidalgo y Antoni Lliteres como Clotilde y Flavio completan el elenco. La batuta es para el maestro Andrés Salado, que dirigirá a la Simfònica y al Cor del Teatre Principal, que se enfrenta a uno de los títulos más exigentes de la temporada.

Salado es la cuarta vez que participa en la temporada lírica del Principal. Ayer agradeció la apuesta de sus gestores "en un país donde parece que el producto nacional es menos válido que el extranjero". El maestro, que cuenta con Bernat Quetglas como director asistente, celebró poder dirigir una obra que mezcla un elenco internacional, nacional y local. "Son cantantes de primer nivel y Norma es una ópera especial, mágica. Y es que una de las cosas que más llama la atención de la música de Bellini es su bellísima fragilidad. La sencillez de su música es lo que hace que sea tan compleja y de una gran exigencia vocal".

El director musical remarcó que una de las cosas que más le llama la atención es la dualidad, "tan típica de la música de Bellini", entre momentos totalmente dramáticos y melodías totalmente naif . "Es un maridaje entre texto y música. Parece que hablan lenguajes totalmente diferentes pero se convierten en un lenguaje universal. La música de Bellini es de armonías muy sencillas pero de una profundidad enorme", explicó el maestro Andrés Salado para luego dejar claro que "una de las sensaciones que produce esta ópera es una sensación de magia absoluta". Por ello, invitó a los espectadores a cerrar los ojos y dejarse llevar por "la música casi hipnótica" de Bellini.