La anorexia o pérdida del apetito es un síntoma que aparece en, al menos, el 15 y el 25% de los pacientes oncológicos en el momento del diagnóstico, y que afectará a más del 80% a lo largo del proceso de su enfermedad.

El problema que provoca esta dolencia es que la reducción de la ingestión de alimentos desencadena una desnutrición progresiva que limita la resistencia del paciente a la enfermedad y la tolerancia a su terapia.

Pero no sólo aparece la anorexia en estos pacientes, sino que a ella se suma, además, la caquexia, que se define como la pérdida de peso y la reducción progresiva del músculo esquelético y de la grasa. Una dolencia que afectará al 80% de los pacientes oncológicos, en etapas avanzadas.

La aparición de los dos síntomas es denominada como síndrome anorexia-caquexia, un fenómeno en el que la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha puesto el punto de mira, para aumentar el conocimiento que pacientes y médicos tienen de ella.

Además, los expertos en oncología quieren estudiar también cómo influye este síndrome en la calidad de vida, el estado emocional y el estrés psicológico de los pacientes aquejados de cáncer.

Los oncólogos explican que el síndrome anorexia-caquexia (SAC) se debe a una respuesta inflamatoria crónica relacionada con la neoplasia (tumores), en la que el aporte de alimentos no es capaz de revertir el estado nutricional.

Este síndrome se asocia a una peor respuesta al tratamiento antitumoral, deteriora la calidad de vida del paciente, le afecta emocionalmente y aumenta la morbimortalidad.

De hecho, la supervivencia de los pacientes oncológicos puede llegar a reducirse a la tercera parte si el paciente presenta una caquexia avanzada.

Estudios QUASAR

Como indica la doctora Jiménez Fonseca, oncóloga médico del Hospital Universitario Central de Asturias, «dada la prevalencia del SAC en pacientes con cáncer y su impacto en resultados, conocer la situación en nuestro país, las expectativas de pacientes y oncólogos y la percepción y abordaje por especialistas y residentes, nos permitirá establecer puntos de mejora».

Para ello se ha puesto en marcha el estudio QUASAR (Quality of life and anorexia caquexia syndrome research), para conocer la situación del manejo del SAC en nuestro país, relacionar la situación nutricional del paciente con la percibida por el oncólogo, conocer el uso de orexígenos (fármacos destinados a potenciar el apetito), y elaborar unas recomendaciones sobre el manejo del SAC en el paciente oncológico.

Para realizarlo, los especialistas en oncología y los pacientes con cáncer contestarán unos cuestionarios para determinar cuál es la situación del síndrome de anorexia-caquexia en España, sensibilizar sobre el problema y mejorar los tratamientos destinados a la mejora nutricional de pacientes con cáncer.

«El síndrome de anorexia caquexia (SAC) es una complicación frecuente en los pacientes con cáncer que reduce en gran medida la calidad de vida de las personas que están atravesando un proceso oncológico. Conocer la repercusión de la SAC refuerza aún más la importancia de ofrecer atención al paciente desde un equipo multidisciplinar que contemple todos los aspectos que engloba el proceso oncológico», destaca Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC).