PUNTO MEDIO

Arranca el espectáculo y una mujer vestida de militar vintage besa a otra del público. Esto empieza bien. Cuatro mayordomos con levitas tuneadas cantan a capela y con mímica eficaz, girándose al final y enseñándonos el culo. La cosa sigue mejorando. Se abre el telón y la escenografía funciona y hasta impacta: unos enormes labios rojos con vidrieras gótico-cartoonescas detrás. Desde el minuto uno hay atmósfera. ¿Habrá también hallazgos?

Sale el elenco casi al completo y ejecutan una coreografía algo rígida, escasa. Rápidamente se recupera el pulso: sale el Pony Loco, uno de los personajes más eficazmente desquiciado de la obra. Interactúa cularmente con todo el que quiera y con el que no, también. Es entonces cuando sale la Terremoto, y su tremenda comicidad natural llena el escenario. Su monólogo es algo largo, pero como funciona en todas sus apuestas (referencias locales, actualidad, escatología), a ninguno nos importa.

Y así va fluyendo todo: con personajes arquetípicos que cumplen y a menudo superan expectativas. Esa es tal vez la mejor virtud de The Hole: no es ni antiguo ni moderno, no se ve ni desfasado ni rompedor, ni estereotipado ni irreverente. Logra un punto medio de accesibilidad con la dosis justa de insolencia. No hay nada nuevo en el trapecio sexy de Las Súper Nenas, pero su nivel es premium. Tampoco en el número de la pintura fluorescente de la Generala Madame, y aunque empieza sosaina acaba sobradamente húmedo. El personaje de Almon, la folclórica japonesa, parece un transexual sin más, pero tiene una voz grave tan bonita e interpreta con tanta melosa empatía que nos ganó a todos, incluso a la persona del público a quien pidió que le cogiera el pepino con la boca (y lo hizo). La Marilyn trapecista sobrada de carnes es, sencillamente, sorprendente.

Dentro del clima frescote pero cordial hay lugar incluso para una apuesta jarcor: intentar que alguien del público se preste a recibir un tacto rectal. Y aquí acaba el spoiler. El regusto final es sobradamente satisfactorio, donde solo rechina un poco el discurso de autoayuda en las postrimerías de la obra. Por encima de todo, el reparto, esa tremendez de hombres y mujeres, compone una familia entrañablemente gamberra que consigue que resulte enternecedor el colofón de ver al Pony Loco enseñándonos de nuevo la polla.

The Hole. Con La Terremoto de Alcorcón, Nacho Sánchez (Pony Loco), Arantxa Fernández y Mónica Riba (Las Súper Nenas), María Torres (Generala Madame), Tony Vallés, Carlos Valledor, Arnau Lobo y Víctor Genestar (mayordomos), Julio Bellido (Almon), Duo Flash, Dilorom Abdulaeva ‘Dylia’ (Marylin aérea) y la rata Cristóbal.

Idea: Paco León, Yllana y Letsgo. Dirección artística: Yllana. Textos: Secun de la Rosa. Diseño de vestuario: Nicolás Vaudelet. Diseño de escenografía: Miguel Brayda. Diseño de iluminación: Juanjo Llorens. Coreógrafo: Guillermo Weickert. Asesor de circo: Misha Matorin. Diseñador de actos clownescos: Gabriel Chamé Buendía. Diseño de efectos de sonido: Jorge Moreno. Diseño de maquillaje y peluquería: Kley Kafe.