Entre las principales preocupaciones de los especialistas al abordar el consumo de sustancias en adolescentes, se encuentra especialmente el consumo cannabis. Esto se debe, según Arantza Fernández, Jefe de Psiquiatría Infanto-Juvenil del Hospital Universitario de Basurto, a la connotación menos negativa que tiene esta sustancia, que provoca que los jóvenes consumidores la defiendan como algo natural. Sin embargo, la realidad es que hay un gran incremento de episodios psicóticos que empiezan en la adolescencia. Los adolescentes con predisposición a la enfermedad, la precipitan con el uso y abuso de cannabis, provocando consecuencias devastadoras en el desarrollo madurativo cerebral.

La Dra. Fernández apuesta por un consumo 0. “No hay consumo válido que no sea 0. Un adolescente no sabe lo que es el consumo responsable”. También hace hincapié en que la prevención no debe llegar a los quince años, y subraya la importancia de una buena relación de confianza con los hijos para poder detectar los cambios de actitud en la adolescencia.

Otra de las consecuencias de fumar marihuana es la pérdida de memoria. Hasta ahora se había asociado el consumo con la pérdida de memoria a corto plazo. Ahora nuevos estudios muestran que los adolescentes que fuman con regularidad pueden ver afectada su memoria a largo plazo, incluso años después de su abstinencia. En el estudio publicado recientemente en la revista Hippocampus, se analizaron 97 participantes con y sin historial de haber fumado marihuana. Se encontró que los que fumaban, dos años después de la abstinencia mostraban peores resultados en sus test de memoria a largo plazo.

Se cree que la planta de la marihuana tiene 70 cannabinoides. El hipocampo, estructura para la formación de nueva memoria o memoria a largo plazo, es denso en receptores cannabinoides, así que al entrar al cuerpo esta sustancia se dirige a esta parte del cerebro.

Matthew J. Smith, profesor de psiquiatría y autor principal del estudio, afirma que la edad probablemente jugó un papel importante en las alteraciones cerebrales provocadas por el consumo. Los expertos dicen que el cerebro no para de crecer hasta una edad comprendida entre los 20 y 30 años. La edad promedio de inicio en el consumo de Cannabis en España es 14,9.

Smith mencionó otro estudio en el que se analizaron 1040 sujetos desde su nacimiento hasta los 38 años. Se encontró una asociación entre fumar marihuana y un cociente intelectual más bajo que no fue totalmente revertido después de la abstinencia.

Por consiguiente, se hace evidente que la banalización del consumo nos tiene engañados con respecto a los verdaderos efectos secundarios del consumo de cannabis, que no solo disminuye el cociente intelectual y memoria sino que además puede que no sean completamente reversibles una vez paralizado el consumo.

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