Entre Juan Cruz y sus escritores anda el juego

Más de tres años le ha costado escribir al colega, compañero y amigo Juan Cruz un libro sobre el 60º aniversario de Alfaguara, editorial de la que fue también editor de 1992 a 1998. Una publicación, lamento decirles, que no podrán adquirir en ninguna librería, ya que es una edición no venal, que es lo mismo que decir que o se lo regala alguien o no lo va a ver jamás. Convocaba yo una tractorada frente a las oficinas del sello para reclamar su venta inmediata.

La primera sorpresa es que su portada nos traslada a la juventud, cuando era Enric Satué quien hacía aquellos genuinos y elegantes diseños, con el lomo gris y el fondo azul, donde el nombre de cualquier autor parecía más escritor. Satué hizo mucho bien a la literatura.

Arturo Pérez-Reverte: “Yo no escribo para mejorar el mundo, sino para hacer mejor mi vida”

La cuestión es que Juan Cruz se ha dedicado a charlar con 42 escritores, cinco editoras y dos superjefes de las entrañas de la editorial. En total son 424 páginas con muchas declaraciones deliciosas, aunque, estoy convencido, el periodista debió de entregar 1.200 folios, con lo especialista que es en extraer información e historias de los autores. Manuel Vicent afirmando que «toda prosa fue previamente verso, todo verso fue previamente música y antes de eso aullido»; Javier Marías recordando su marcha de Anagrama y evocando «el ambiente grato, atento y comprensivo» que allí encontró; la seguridad de Arturo Pérez-Reverte sobre que es un «escritor feliz. A mí no me cuesta ningún trabajo escribir, yo me lo paso muy bien»; Elena Poniatowska explicando que cuando iba al colegio de monjas ya era escritora «y me publicaban en la revista del cole»; o Aixa de la Cruz, una de las últimas en aterrizar en la editorial, que llegó con la obra medio escrita y se dio «cuenta de que tendría más exposición y eso me alarmó». Dice Juan Cruz cuando firma el libro que es para quien va su dedicatoria. Pues ya están reclamando su ejemplar.

Suscríbete para seguir leyendo