Nancy Fraser (1947) habla de manera pausada. Mimando cada una de las palabras de su discurso, tan complejo como coherente y ordenado. Habla de enriquecer la tradición democrática liberal gracias a la teoría feminista. De la necesidad de diálogo entre los distintos movimientos sociales. También de ampliar el tradicional concepto de justicia, incorporando a éste las dimensiones del reconocimiento y la representación social. Su sonrisa, omnipresente durante toda la charla, se borra cuando habla de la administración Bush. Asegura que las consecuencias de la guerra contra el terrorismo iniciada tras el 11-S son "el fracaso más grande de la historia política norteamericana". Por encima, incluso, de Vietnam.

-¿Se han traducido en un factor de desigualdad las diferencias biológicas entre hombres y mujeres?

-Las diferencia biológica es relevante. Son las mujeres las que dan a luz. El embarazo es un elemento diferencial desde el momento en que las políticas sociales no protegen a las madres, no facilitan que éstas puedan conciliar su vida laboral con sus compromisos maternos. Entonces estamos hablando de discriminación, de una pérdida para las mujeres. Por otro lado, hay una serie de asunciones que se toman por naturales pero en realidad son construidas, imaginarias. Estoy hablando, por ejemplo, de la desigualdad existente en el acceso a determinas profesiones. Muchas normas se construyen identificando la normalidad con atributos masculinos. Es un factor que filtra, que discrimina negativamente a las mujeres y que nada tiene que ver con la biología

-¿La mujer está asustando al hombre?

-Entiendo que en el ámbito laboral para algunos puede existir una sensación de amenaza. Pero hay que pensar que la igualdad mejora también a los hombres. Es un beneficio para ellos desde el momento en el que pueden tener una relación más satisfactoria con alguien que está a su mismo nivel. La idea de democracia requiere un trato igual entre los miembros de las ciudadanías. Si éste no existe, entonces se está interfiriendo en la formación de una verdadera personalidad democrática. En este sentido pienso que el feminismo es una contribución a la democracia.

-Los nuevos modelos de familia parecen más justos, pero también más inestables.

-Ya no existe una forma familiar hegemónica. Al concepto tradicional se han incorporado otros modelos. Hay hogares con dos sueldos, parejas de gays y lesbianas, padres y madres solteros... Ésto se traduce en nuevas oportunidades, pero también en nuevos riesgos y amenazas. Ahora es más difícil hacer políticas sociales para todas estas situaciones.

-¿Qué batallas le quedan a la mujer?

-El feminismo no se pueden desligar de las demandas de otras luchas sociales. Ahora se deben buscar alianzas. A diferencia del pasado, no podemos asumir que cada movimiento tiene ´el proyecto´. Los nuevos movimientos sociales democráticos deben abrirse al diálogo.

-¿A qué se enfrentan los nuevos movimientos? ¿Qué panorama tienen delante?

-Las disputas sociales tienen que hacer frente a la falta de un orden internacional racional. Hasta el 11-S, luchas como las de Seattle o Génova señalaban un movimiento por una alternativa al neoliberalismo, mostraban la existencia de un proyecto para construir un nuevo orden social desde abajo.

-¿Y después del 11-S?

-La respuesta de Bush a los ataques terroristas ha interrumpido este proyecto. Es el fracaso más grande de la historia de la política norteamericana. Ha marcado el fin de su hegemonía en términos de autoridad moral. Ahora no podemos esperar a un líder americano para construir el mundo. Ni siquiera Hillary Clinton, que sigue pensando dentro de este marco de guerra contra el terrorismo.

-Habla de justicia en tres términos. Distribución, reconocimiento y representación.

-Las demandas de los nuevos movimientos sociales no pasan tanto por reclamar una distribución justa de bienes, que también, sino por un reconocimiento de sus forma de vida como válidas. Igualmente anhelan tener una representación social, tanto formal, política, como informal, con voz en la vida pública. Yo aspiro a que éstas tres dimensiones se tengan en cuenta. A diferencia de lo defendido por algunas doctrinas como el marxismo, opino que ninguna de ellas es más fundamental que las otras.