Guste o no guste, lo cierto es que todo aquel que decidió acabar la revetla de Sant Sebastià el pasado viernes en la plaza Mayor no tuvo más remedio que bailar. Era imposible resistirse a sus encantos, a su música, a su escenografía, a su energía. Diez años después de presentar en la isla con motivo de la misma fiesta pero en un escenario distinto (en el Born) su nueva formación, Fangoria, o lo que es lo mismo, Alaska y Nacho Canut, arrasó.

Escenario de numerosos foguerons, los más previsores ya llenaban a las diez de la noche los accesos a la plaza. En el centro, numerosos fans deseosos de que comenzara el concierto. "Nos da igual tener que esperar hasta la una para ver a Olvido. Estamos aquí por ella y con ella", decían Joan Cases y sus amigos. También había incondicionales de Nena Daconte, grupo revelación del año pasado en el país. "Nos sabemos todas las canciones, nos encantan", decían los hermanos Ana y Pepe Segura.

Cuando algunos daban los primeros bocados al pan pagès untado de sobrassada, salieron al escenario Dr. Hum. Simpáticos y generosos -su vocalista, José Antonio, no paró de repartir camisetas entre el público- caldearon el ambiente con sonidos celtas. Tras ellos, Mai Meneses y Kim Fanló (Nena Daconte). Con Idiota y En qué estrella estará, llegó la locura y las ganas de fiesta.

Pasados cinco minutos de la una de la madrugada, y bajo el amparo del blanco satén, saltó a escena Alaska y su Fangoria. No escatimaron recursos en la hora larga que estuvieron cantando. Hubo gogós, cambios de escena -del blanco al negro infierno-. Su nuevo disco, El extraño viaje, sonó con más fuerza que nunca. Y su Criticar por criticar.