La cesárea es la intervención quirúrgica que permite la salida o nacimiento de un feto mediante una incisión abdominal. "Antes se decía que era para evitar riesgos pero hoy en día se practica en demasiadas ocasiones por comodidad", comenta Ester Montsoliu, ginecóloga de Son Dureta.

Como si se pudiera entrever por el hueco de la cerradura lo que aconteció en la habitación de la clínica Ruber la madrugada del lunes, la profesional relató a DIARIO de MALLORCA cómo fue, probablemente, el parto de la princesa Letizia a partir de los datos facilitados por la clínica y el príncipe Felipe.

"El bebé nació a la una y media de la mañana, así que, lo más seguro es que no fuera una cesárea programada. Parece que se puso de parto y por su no progresión, probablemente, indicaron la operación", explica.

Lo cierto es que la Princesa ingresó en la clínica poco después de las ocho de la tarde donde sufrió repetidas contracciones hasta entrada la madrugada. "La cesárea era la mejor opción. A esa hora supongo que le habían dado un plazo para que tuviera un parto vaginal ya que es mejor para la madre", (la cesárea tiene riesgos para ella pero no para el bebé).

Este tipo de operaciones se recomiendan en varios casos. La doctora Motsoliu señala que es adecuada "cuando el bebé viene de nalgas; si ha tenido lugar en partos anteriores; en caso de que se produzca la sospecha del sufrimiento fetal o como parece que ha sucedido con la Princesa, por el estacionamiento del parto".

En caso de que la intervención quirúrgica se produzca sobre la marcha, "no hace falta el consentimiento de la madre". Pero si no fuera así y estuviera concertada, debería de haber firmado un acuerdo debido a "los pocos riesgos que se asumen".

La cesárea tiene una duración aproximada de media hora a una hora, "si no hay complicaciones", afirma la ginecóloga. "No es peligrosa aunque hoy en día se abusa de ellas", añade. "En los hospitales hay un 20 por ciento de intervenciones por cesárea".

Cuando Letizia Ortiz ingresó en la clínica fue debido a las contracciones. "Supongo que esperarían un parto vaginal pero, por lo que sea, tal vez porque era un bebé muy grande por sólo tener 37 semanas o puede que por la medida de la pelvis, se produce un estancamiento del nacimiento", relata.

"El equipo se toma unos minutos para observar, ir controlando, esperar un tiempo prudencial...", prosigue la experta, "y finalmente se opta por la operación como la mejor solución".

En todo caso cualquier parto agradece una anestesia epidural que no es más que un pinchazo en la espalda que duerme la parte inferior del cuerpo para no sufrir. "Te quita el dolor y es fantástico", asegura la doctora. Ésta fue la misma anestesia que utilizaron con doña Letizia ya que tenía el cuerpo dormido para no sufrir mientras estaba despierta escuchando el relato del Príncipe de Asturias, según contó él mismo en la rueda de prensa posterior.

"La anestesia se pone cuando ella ya está de parto y comienza a dilatar, aunque todavía no tiene el bebé. Es algo previo para evitar el dolor", añade la médico.

No es usual que el padre de la criatura presencie el nacimiento de su hijo, sin embargo, en caso de doctores, gente cercana a la clínica o, en esta ocasión, el mismo Heredero de la Corona se hacen excepciones. "En algunos países dejan entrar al progenitor pero es complicado por ser la entrada a un quirófano".

Desde el nacimiento de Leonor, la princesa Letizia sólo tiene la obligación de hacer reposo y superar una revisión diaria muy simple. "Es habitual que si responde bien, en 4 o 5 días pueda salir de la clínica y al cabo de la semana le quiten los puntos", aclara la doctora Montsoliu.