Los investigadores de los grupos antidroga de la Policía Nacional se preparan para el inminente desmantelamiento del poblado de Son Banya y han detectado que los clanes de narcotraficantes se desplazarán a la barriada palmesana de Son Gotleu, a Marratxí y a MarratxíLlucmajor. Frente al inconveniente potencial que podría suponer la dispersión de los clanes, expertos en la lucha antidroga sostienen que serán más fácil de controlar. "En otros barrios darán más el cante los traficantes y la afluencia de compradores será mucho más notoria", auguran.

"En Son Banya, el que no vende droga vigila", sentencia un veterano investigador. Y es que la capacidad para regenerarse de los clanes o para ser sustituidos por otros parece no tener fin. "Desabastecimiento no hay en el poblado. Con la Paca", puntualiza en alusión a la histórica matriarca del conflictivo asentamiento.

Los clanes de la droga han logrado sobrevivir en el poblado a las sucesivas redadas policiales. El negocio de la venta de estupefacientes -cocaína y heroína- sigue proporcionando pingües beneficios. El negocio sigue en pie debido al elevado consumo de estas sustancias. Cuando una banda de narcotraficantes es desmantelada, otro clan no tarda en tomar el relevo.

En un principio, Son Banya planteaba una serie de ventajas a los investigadores a la hora de resolver delitos en tanto que era un aglutinador de la delincuencia. Con el paso de los años, algunos veteranos policías se han vuelto más categóricos con una opinión diametralmente opuesta. "Es un gueto y tiene que desaparecer", subrayan sin ambages.

Las primeras actuaciones de derribo de chabolas en Son Banya están previstas para el 17 y 18 de abril. Muchos clanes ya se han anticipado a esta decisión y han optado por hacer las maletas antes de que haga aparición la pala excavadora en el asentamiento.

"Hay muchas calles del poblado que ya están vacías", precisan fuentes policiales. Los primeros en moverse son los miembros de estos clanes dedicados a la venta de droga. Los investigadores tienen meridianamente claro que todos aquellos que han engrosado sus arcas con el tráfico de estupefacientes "no se van a reciclar".

Seguimientos

Pese a la complejidad que en principio representa esta dispersión de los narcos, los investigadores se han puesto manos a la obra para minimizar el impacto. "Se han hecho seguimientos y vamos a actuar sobre ellos", subrayan.

Los movimientos detectados hasta el momento de estos clanes se han efectuado en determinados barrios de Palma como Son Gotleu. Aunque también se han desplazado a municipios de la Part Forana próximos a la capital balear, tales como Llucmajor o Marratxí. La elección de estas localidades no es casual. El objetivo es no alejarse demasiado de sus clientes habituales y, de paso, evitar estar tan controlados como lo estarían en Ciutat.

La Soledat, feudo tradicional de El Pablo, sería terreno vedado para estos clanes. Supondría adentrarse en un terreno claramente hostil. El barrio palmesano donde tienen más papeletas es Son Gotleu, aunque una parte del mercado se lo disputarían con los traficantes nigerianos.

Además, una vez que los narcos se instalen en pisos, los investigadores confían en contar con más herramientas legales para combatirlos en caso de que no se pudiera acreditar un presunto delito contra la salud pública. Una de ellas podría ser la Ley de Propiedad Horizontal, al realizar una actividad económica fraudulenta dentro de un inmueble.

En cualquier caso, no se descarta una última operación antidroga como colofón al fin de Son Banya, antes de que pase a ser historia.

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