El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 14 años de prisión para un joven por violar reiteradamente a su hermanastra a lo largo de siete años, desde que la niña tenía cinco hasta que cumplió los doce, en Mallorca. El fallo desestima el recurso de la defensa contra la sentencia de la Audiencia Provincial, que además de la pena de prisión impuso al acusado una orden de alejamiento de 20 años y el pago de una indemnización de 12.000 euros a la víctima.

El hombre, según declaró probado la sentencia ratificada ahora, comenzó a abusar de la pequeña en 1997 en el domicilio familiar en Palma. La pequeña tenía entonces cinco años y el acusado, doce. Hasta finales de 2004, cuando residían en Marratxí, sometió a la menor de manera continuada a tocamientos y la obligó a masturbarle y practicarle felaciones.

El condenado era el mayor de cuatro hermanos y ostentaba un cierto ascendente sobre el resto, ya que sus progenitores lo ponían como ejemplo de comportamiento ante los otros niños. El procesado aprovechó esta circunstancia y que los padres le encomendaban labores de cuidado y protección de sus hermanos, relata la sentencia.

Las violaciones fueron aumentando en intensidad con el paso del tiempo y el joven acabó utilizando cierta violencia par cometerlas. En los últimos episodios, cuando la víctima tenía ya once años, forcejeó con ella y la insultó para cometer las agresiones sexuales, según declara la sentencia.

Los abusos sufridos dejaron secuelas psicológicas en la víctima, como un estrés postraumático crónico que le ha dificultado mantener relaciones sexuales con normalidad.

La Audiencia Provincial de Palma declaró al hombre autor de un delito de agresión sexual con acceso carnal agravado con continuidad delictiva. Le impuso 14 años de prisión, una orden de alejamiento que le prohíbe acercarse a su hermanastra durante dos décadas y una indemnización para ella de 12.000 euros por los daños morales causados.

Su abogado presentó un recurso ante el Tribunal Supremo. En su alegato, cuestionaba que la sentencia se basara, fundamentalmente, en el testimonio de la perjudicada y lo ponía en duda. El relato de la víctima, argumentaba, no concretaba dónde y cuándo se produjeron las agresiones. También incidía en que los abusos no fueron detectados en el entorno familiar ni escolar y que la menor se mostraba feliz y tenía un gran rendimiento académico.

El Tribunal Supremo ha rechazado todos los argumentos de la defensa y avala la sentencia dictada por la Audiencia Provincial, confirmando la condena a 14 años de cárcel para el acusado por las agresiones sexuales.