La Guardia Civil detuvo la semana pasada a un masajista de origen chino que normalmente actúa en la playa en la zona del Port de Pollença por una agresión sexual a una mujer. La víctima denunció al sospechoso por presuntamente haberla forzado mientras le realizaba unas friegas en el domicilio de él. El arrestado, de unos 55 años de edad, negó los hechos y alegó que únicamente le había hecho un masaje para tratar sus dolores lumbares.

El hombre admitió que la mujer estuvo en su casa y que, para hacerle las friegas, ella estaba tumbada bocabajo en una cama desnuda y únicamente cubierta con una toalla. Según su versión, no se extralimitó en ningún momento ni le tocó sus zonas íntimas. Sin embargo, la perjudicada culpó al sospechoso de haberse sobrepasado en sus funciones como masajista y haberle introducido los dedos. El detenido quedó en libertad el pasado fin de semana por orden judicial.

Los hechos ocurrieron a finales de la semana pasada cuando el masajista, que normalmente frecuenta la playa cerca del Port de Pollença, quedó con una clienta a la que conocía con anterioridad y a la que había propuesto en varias ocasiones hacerle un masaje para solucionar sus problemas lumbares. La mujer y el ciudadano chino se citaron en casa de él a las seis de la tarde. El sospechoso empezó con las friegas en la espalda mientras la perjudicada se hallaba en una habitación desnuda, con una toalla encima. Según la denunciante, el hombre se extralimitó y la agredió sexualmente. Por ello, denunció los hechos ante la Guardia Civil. Los agentes le arrestaron e inspeccionaron su domicilio. El pasado sábado el sospechoso fue trasladado a los juzgados de Inca. El detenido descartó haberla agredido y haber abusado de ella y quedó libre.