Con el rostro desencajado por lo que acababa de descubrir, el payés que encontró el cuerpo seguía de cerca el trabajo de la Policía. "Estaba segando el campo y de pronto he notado que la máquina se atrancaba. Cuando he bajado he visto el cadáver", contó el hombre a este diario.

"Estaba tapado por la hierba y no he podido verlo al pasar", relató el campesino, que en un primer momento pensó que había arrollado a una persona viva. "Luego he notado que estaba descompuesto y olía muy, muy mal. Debía llevar allí más de un mes", apuntó.

El cuerpo apareció en mitad de un campo por el que la maquinaria llevaba más de un año sin pasar, a solo unos metros de la carretera que pasa por la entrada del poblado y junto a un camino que habitualmente está cerrado con una barrera metálica. La llegada de numerosos efectivos de la Policía Nacional congregó a un buen número de vecinos de Son Banya junto al cordón que establecieron los agentes para seguir de cerca el operativo. "¿Era el chico del Molinar?, preguntaba una adolescente.

La aparición de la documentación confirmó las sospechas de la menor. Juan Carlos Fayos Flores había sido visto por última vez el 3 de febrero, cuando su rastro se perdió. Decenas de familiares, allegados, amigos y voluntarios de Protección Civil lo buscaron intensamente en las semanas siguientes, especialmente en la barriada de es Molinar. Pero el despliegue de medios fue en vano y los rastreos concluyeron sin resultados positivos.