-Cinco titulaciones universitarias, nueve idiomas, intérprete para el FBI, empresario, músico, actor. ¿Cuántas vidas se tienen que haber vivido para tener su currículum?

-¿14? (risas). Hablando en serio: es cierto que no paro, pero soy una persona normal, es más, a veces me siento el menos productivo de mi empresa. Yo creo que la clave está en aprovechar bien lo que uno hace. Si eso se consigue, tu vida se multiplica. Por ejemplo, el pasado sábado hice mi primera clase de batería. Y me he propuesto seguir todos los sábados de 12 a 14 horas. De hecho, me he propuesto tomar clases de aquello que me interese en esa franja horaria de todos los sábados.

-¿Cuántos años tiene?

-Tengo menos de los que debería. Pero nunca hablo de mi edad. Soy muy reservado.

-Su vida está llena de éxitos. ¿Le teme al fracaso?

-Te contestaré con una frase: la ambición es a su vez la virtud y la perdición del ambicioso. ¿Por qué? Pues porque cuando consigues algo igual no lo disfrutas como deberías porque ya estás pensando en el siguiente objetivo. Pese a ello, soy muy feliz.

-¿Qué es tener éxito para usted?

-El éxito es obtener aquello que tú definas como éxito. Mi libro [Los 88 peldaños del éxito, Editorial Alienta] no define el éxito porque cada uno tiene que elaborar su propia definición. El éxito es lo que cada uno ha de valorar. Por otra parte, creo que todos tenemos al menos un talento y el libro está enfocado a que lo encuentres y lo aproveches esforzándote. En este sentido, siempre le digo a la gente: no admires el éxito, admira el esfuerzo. En la conferencia de hoy en la Universitat de les Illes Balears, interpretaré una canción con la guitarra. Me basta con escuchar una vez una canción para poder tocarla. La gente se cree que eres un genio al hacer eso, pero se equivoca. Lo importante es lo que hay detrás de eso: horas y horas de trabajo y ensayo desde que tenía cinco años.

-Emprendedor, bien preparado, feliz. ¿Se siente usted un modelo a seguir?

-No busco que me pongan en un pedestal. Yo no soy más listo que nadie. Mi intención es difundir la cultura del sí porque puede cambiar las cosas. Yo soy un emprendedor y ya está. No soy ni un coach, ni un predicador ni ningún gurú de nada, pero me gustaría impactar positivamente en la gente, ayudar a la gente a que declare la guerra a su desaprovechamiento porque creo que mi vida tendrá más sentido si lo hago. Si la gente aprovechase el doble de lo que aprovecha, el mundo sería el doble de bueno.

-Igual con sus consejos salimos de la crisis.

-A veces mis opiniones son muy impopulares. Lo digo porque creo que en España estamos demasiado instalados en la queja. Nuestro país no va a ser mejor porque la gente se queje mucho de sus políticos. El éxito no se consigue cuando te quejas y ya está. Eso no aporta valor. La mentalidad española de que te tienen que resolver el problema los otros, ya sea el FMI o el Banco Central Europeo, por poner un ejemplo, es el enemigo del progreso y del éxito. Hay que inconformarse, pero de cara a la acción. Una diferencia notable entre nuestro país y Estados Unidos es que aquí nos centramos más en identificar los problemas que en encontrar las soluciones. Y lo difícil es encontrar la solución, algo que está relacionado con la cultura del sí de la que hablaba. De todas maneras, quiero pensar que en España cada vez hay más gente que ha dejado la queja y ha pasado a la acción.

-¿Garantiza que con 8Belts.com cualquiera podrá hablar chino en menos de ocho meses?

-Sí. Y si no lo consigue, se le devuelve el dinero al cliente. Pero éste es un escenario que nunca se da cuando el alumno se ha esforzado. El nuestro es el primer método a nivel mundial que ha conseguido tal eficacia. Es insólito. Estuve trabajando en él más de 40.000 horas durante cuatro años.

-¿Cuál es la fórmula?

-Hicimos una jerarquización del idioma. En realidad, se usa el 20% de una lengua durante el 80% del tiempo. En el sistema tradicional se explica demasiado la periferia. Por ejemplo, comienzas aprendiendo el nombre de las frutas, las prendas de vestir, etc. Nadie aprende a hablar así. Nosotros jerarquizamos lo básico y lo más importante, y enseñamos a combinarlo. El sistema tradicional de enseñanza de idiomas presenta dos grandes flaquezas: la primera, que no se da la información útil. Y la segunda, que no se enseña a recordar dicha información. Para evitar que ésta se olvide, nosotros hemos creado un software informático. Digo software porque el nuestro es un sistema online que ya está implantado en más de 40 países del mundo. Siempre he pensado que cuando alguien no aprende un idioma, la culpa no es de él, sino del método. Es mentira que alguien sea malo para los idiomas. Es falso que los españoles seamos unos negados para las lenguas.

-¿Cuándo tradujo a Obama?

-Fue por la televisión, cuando pronunció el discurso presidencial tras ganar las elecciones. Obama es la persona más difícil a la que he traducido simultáneamente porque es como un libro en directo. También he traducido a varios premios Nobel, como a Muhammad Yunus. De hecho, soy amigo de su hija. También he hecho de intérprete para casi todos los políticos españoles o para algunos actores, como por ejemplo Jane Seymour. De hecho, la época de cuando era intérprete la recuerdo como una época en la que me sentí que podía aprovechar mejor mi vida. En general, creo que mi biografía es una declaración de guerra al desaprovechamiento.