Cuando el Estado recorta en investigación y preservación del patrimonio, una de las opciones más sesudas en estos campos -aparte del éxodo- es fundar junto a otros profesionales del ramo sociedades conjuntas para encauzar proyectos y buscar colaboraciones con empresas privadas u otras entidades para sacarlos a flote. El micromecenazgo también es otra opción. Todos estos aspectos los ha tenido en cuenta la flamante Sociedad de Investigación de Arqueología Subacuática (SIAS), que se estrenará con una primera campaña en la isla de Cabrera, a partir de unas prospecciones que se llevarán a cabo del 14 al 29 de septiembre sin ayudas públicas. Las inmersiones -ya autorizadas por las instituciones competentes- forman parte de un proyecto más amplio: conocer toda la riqueza arqueológica subacuática de la isla, "una de las más potentes de todo el Mediterráneo, tanto es así que nos extraña muchísimo que no tenga carta arqueológica subacuática propia", apunta el arqueólogo mallorquín del proyecto, Miquel Riera, uno de los asociados de SIAS, formada por jóvenes licenciados españoles (entre los 20 y los 30 años) que escogieron la isla menor del archipiélago por "haber pocas investigaciones sobre arqueología subacuática y por la alarmante falta de vigilancia que está habiendo en la zona a causa de los recortes", prosigue Riera. "Si el Estado no protege todo esto, ¿quién lo va a hacer si no somos nosotros mismos, los científicos y los ciudadanos?", barrunta el joven investigador. Espoleados por estas motivaciones, un equipo de doce científicos comenzará los trabajos -de momento- en tres pecios, dos de ellos romanos y uno de época moderna, en concreto del siglo XVII. Los restos a estudiar se hallan a una profundidad de entre 10 y 25 metros. "De los de época romana sí hay más información porque se realizaron una serie de catas arqueológicas entre la década de los setenta y 2001. En concreto, lo que vamos a hacer es relocalizarlos y comprobar el estado en el que están los barcos porque se pueden haber fragmentado o pueden haber sufrido expolio", relata Riera. "De la embarcación moderna hundida, en cambio, no se sabe nada, únicamente la zona del hundimiento", aseguró. Estos trabajos son previos al proyecto que vendrá después, que es el de realizar una campaña de excavación, ya extrayendo y analizando materiales. Otra de las metas del proyecto es profundizar en la arquitectura naval de estos pecios.

El equipo del SIAS sopesa también regresar a la isla en junio de 2014 para repetir las prospecciones en la misma zona con el fin de comprobar posibles cambios, ya que "los expolios y la pesca furtiva se suelen llevar a cabo en los meses de verano", comenta Riera.

Durante las inmersiones en esta zona -históricamente punto estratégico para el comercio marítimo-, documentarán los restos hallados a través de una técnica de fotografía en 3D -fotogrametría- muy precisa y filmarán un documental.

Entre las empresas que colaborarán en el proyecto cabe mencionar a Excursions a Cabrera y el centro de buceo Mar Balear -al frente está María March-, el mismo que ha colaborado con el programa de Jesús Calleja Desafío Extremo. Amén de estas colaboraciones y otras (en el futuro también quieren establecer relaciones con el Museu de Mallorca), los expedicionarios recurrirán a Verkami a finales de este mes solicitando 3.000 euros a los micromecenas, casi un tercio del presupuesto del proyecto. El resto lo costearán de su propio bolsillo. La campaña ascenderá a casi 8.000.