­Irene Villa, Albert Espinosa y Jaume Sanllorente tienen algo en común: La reacción positiva ante la llegada de un hecho traumático a sus vidas que les hizo reaccionar y entender lo importante de la vida. Tres historias sobre superación y esperanza que se condensan hoy en el II Congreso ´Lo que de verdad importa´ a partir de las diez de la mañana en el Trui Teatre de Palma y que pretenden, en palabras de la presidenta de la fundación, María Franco, "darles una oportunidad a los jóvenes para que descubran por ellos mismo esos secretos para ser felices".

La presentación del congreso de ayer tarde en el Pula Golf de Son Servera tuvo como padrino de honor al tenista manacorí Rafa Nadal, quien pese a no poder acudir hoy a la jornada (donde está previsto que asistan hasta 1.300 jóvenes), quiso enviar un mensaje reflexivo sobre la " la posibilidad que les ofrecen estas tres vivencias para que puedan ver el mundo desde otra perspectiva, la del esfuerzo y una fuerza de superación por encima de la media".

Irene Villa, víctima de un atentado de la banda terrorista ETA que la dejó sin las dos piernas, es actualmente licenciada en Psicología, Humanidades y Comunicación Audiovisual. Además se ha adentrado de lleno en el mundo del esquí: "Las cosas que de verdad importan en la vida son gratis. Después del atentado me concentré primero en los estudios y después en el deporte que ya venía practicando desde antes. Se puede hacer, nunca, nunca hay que tirar la toalla".

Un mensaje que no por repetido deja de tener sentido: "Son ejemplos no para no caerse sino para aprender a levantarse", concluía el director de Telefónica en Baleares, organizador principal del evento, Aitor Ortega. Un congreso que se repetirá en otras sietes ciudades españolas.

"Tuve cáncer desde los 14 hasta los 24 años y me falta un pulmón y una pierna, pero siempre he visto una ganancia en la pérdida", explicaba el escritor, actor y guionista Albert Espinosa, a quien Spielberg ha comprado los derechos de su serie Pulseres Vermelles. "A los 15 años me dijeron que tenía el 2,3% de posibilidades de vivir y el médico me recomendó que pasara mi último mes en una isla, Mallorca o Menorca; por eso también son especiales para mí".