La familia Oliver celebró el viernes los 300 años de su bodega, en las Cases de Can Ribas de Consell, con una gran fiesta a la que asistieron unos doscientos invitados, entre los que se encontraban amigos, clientes y una importante representación de la prensa gastronómica peninsular. Perfectos anfitriones fueron María Antonia Oliver Moragues, titular de esta antigua bodega, y sus hijos, Araceli y Xavier Servera, que dirigen en la actualidad el celler.

Hace 25 años, los Oliver Moragues iniciaron una serie de cambios pensando en el futuro, aunque sin dejar de lado una tradición enológica de más de cuatro siglos: una de sus novedades fue embotellar sus vinos a la vez que restauraban su antigua bodega de cara a envejecer en barricas de roble sus mejores cosechas.

Con motivo de esta celebración, la bodega Ribas de Consell presentó un nuevo vino tinto con un año de crianza en barrica nueva de roble francés y elaborado en una mayor proporción con manto negro y el resto syrah. Se trata de una tirada limitada de 2.000 botellas y 500 magnums. Las uvas utilizadas en este vino proceden de parcelas de la viña familiar, en Consell, de unas cuarenta hectáreas de superficie, donde no faltan cepas con muchos años de historia.

El evento, desarrollado en diversas zonas del jardín de Can Ribas, se inició con una actuación de Juan Perro que estuvo acompañado a la guitarra por Juan Viñals. Tras el aperitivo tuvo lugar una cena con claro acento mallorquín que sirvió Can Amer de Inca. A continuación tuvo lugar un fin de fiesta alrededor de la piscina con escenario acuático incluido, donde marcó el ritmo el norteamericano John Tirado y su grupo.