Rocco Siffredi (Italia, 1964) no ha podido resistir detrás de la cámara. El actor porno, un habitual de las fiestas ibicencas, asegura que los cuatro años y medio de su retiro han sido los peores de su vida, por lo que ha decidido volver.

–Define siempre Eivissa como la isla más libre del mundo. ¿Habla por propia experiencia?

–Hace 20 años estuve aquí para una producción alemana y hace siete u ocho años, para una mía. Es una isla única y particular, muy libre. Invita a la transgresión. Cuando todo el mundo se siente libre la transgresión es automática. La gente la necesita y cree que en Eivissa se puede hacer todo.

–¿Es imposible desligarlo a usted del sexo?

–Por suerte sí, es imposible. Hay otras cosas antes que el sexo, pero vivo de él. Está en mí y es normal que la gente me vea así. Creo que cuando la gente me mira, me mira el paquete. Mi entrenadora personal me dijo que no podía quitar sus ojos de ahí porque mi persona le llevaba a mirarme esa zona. En la playa me pasa lo mismo. Si no me llamara Rocco Siffredi la gente no me miraría así. No puedo hacer una tragedia de ello. La gente que me conoce bien sabe que amo la vida, el deporte y muchas cosas, pero dedico muchas horas a pensar en sexo. Cuando conozco a una chica, la puedo mirar por bella, por inteligente, pero siempre sé que terminaré en el erotismo

–Vaya, que es un estilo de vida.

–¡Es el Rocco style! Al final, todo el mundo tiene un estilo de vida. Hay quien vive sin sexo y es feliz. A mí, la vida sin sexo me haría muy infeliz.

–Se retiró hace unos años. ¿Echa de menos el porno?

–Me retiré hace 5 años y hace ocho meses que decidí volver. Esos años sin porno han sido la peor época de mi vida. He estado 20 años delante de la cámara y detrás me he sentido muy frustrado. El mercado ha cambiado mucho. El dvd ha muerto y ahora todo es internet. Pensaba que a los 46 años no estaría en la forma física adecuada para rodar con chicas veinteañeras, que tienen mucha energía, pero aún estoy bien. Lo más gracioso es que había muchas chicas que querían trabajar conmigo. Eso quiere decir que he hecho un buen trabajo como actor.

–¿Ha sido difícil volver?

–Era difícil porque no estaba seguro de si encontraría el feeling adecuado. Ahora me siento mucho mejor. Soy feliz otra vez. Ahora estoy seguro de que nunca más volveré a decir que me retiro. Mi padre, con 86 años, siempre pregunta por chicas, así que creo que es algo genético.

–¡No me diga que se ve a los 80 años rodando porno!

–Si me lo preguntas hoy te digo que sí, aunque sé que no podrá ser porque un hombre de más de 60 años rodando porno sería ridículo.

–¿Si volviera a nacer volvería a dedicarse a ello?

–Trabajar con sexo no es fácil. Me gusta mucho pilotar aviones y helicópteros. Ése sería otro trabajo que me hubiera gustado hacer. Pero en la misma situación que cuando era joven, con mis mismas condiciones, volvería a dedicarme a ello.

–Ahora mucha gente quiere ser actor porno.

–Sí. Ahora es muy difícil. He ido a América, he visto a la nueva generación de actores y ninguno es natural. Usan pastillas vasodilatadoras. Es muy malo porque cuando el cuerpo se acostumbra a esa mierda deja de reaccionar de forma normal. Si a los 20 años haces cosas así, a los 35 ya no tienes erecciones naturales. No entiendo por qué los chicos no quieren hacer este trabajo de manera natural. Todos quieren la seguridad que les dan las pastillas. Como productor estoy desesperado porque no me gustan estos chicos que trabajan así. El sexo no se puede mentir, ni en la vida ni en el cine normal. La nueva generación de actores piensa más en la seguridad de no fallar que en que sea real. Tengo dos hijos, uno de 10 años y otro de 14, y les explico que el porno es algo que se hace de verdad y que puede ser el peor trabajo del mundo si no lo haces bien. Algunos no se lo creen, pero este trabajo puede ser una experiencia muy dura psicológicamente.

–¿La seguridad de los actores ha mejorado?

–Sí. En los últimos quince años ha mejorado mucho. Ahora todo el mundo se pasa la vida haciéndose pruebas, y no solo del sida, sino de todas las enfermedades de transmisión sexual. De todas maneras, el porno es siempre un trabajo de riesgo porque a la gente no le gusta ver el preservativo. Las películas con preservativo han sido un fracaso.

–¿Tiene proyectos fuera de este mundo?

–Sí, me gustaría mucho hacer un reality en el que la gente pueda aprender este trabajo. El futuro del porno es la televisión, es el nuevo gran productor. Querría hacer un buen programa para enseñar este trabajo para los que de verdad quieren aprenderlo y explicar a los jóvenes cómo se puede hacer este trabajo del mejor modo.