Álvaro Domecq Romero (Jerez, 1940), jinete, rejoneador, ganadero, fundador de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre e impulsor del Pura Raza Español, pronunció ayer una conferencia en Palma, Alrededor del caballo español, en el Centre de Cultura ´Sa Nostra´, en un acto organizado por la Asociación Es Cavall y el Club de Opinión DIARIO de MALLORCA. El hijo del que fuera figura clave dentro del mundo taurino, Alvaro Domeq Díez (1917-2005), hombre que revitalizó el arte del rejoneo después de la Guerra Civil y fundó la ganadería Torrestrella, ofreció una entrevista a este diario en la que reconoció que "en todo momento" se acuerda de su padre, se distanció de las reses bravas clonadas, aseguró que "no llegarán a prohibirse los toros en Cataluña" y confesó que "cada día" sigue rejoneando, aunque en privado.

–Seguro que su primer juguete fue un caballo de cartón.

–Lógicamente, y ya lo montaba en pañales. Siempre quería jugar con él, hasta que un día, estando interno en el colegio, mi padre me trajo un caballo de verdad.

–¿Qué valores le inculcó su padre?

–La afición al caballo, al toro, al campo... Su vida es un ejemplo en el que me fijo a diario. Cada día le tengo muy presente.

–¿Qué cualidades debe reunir un buen caballo español?

–He tenido la suerte de construir una obra importante, la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, a la he dedicado mi vida. El español es un caballo que ha hecho mucho por la cultura española y gracias a él hemos conquistado muchos lugares.

–Con tanta prohibición, ¿el arte del rejoneo también se siente acosado?

–Quizá ahora se habla mucho de suspender, pero el taurino es un mundo muy grande y el toro es un animal que nace para embestir.

–¿Qué consecuencias tendría el veto a la fiesta que se debate en Cataluña?

–Sería un desastre económico, porque es mucha la gente que vive de la fiesta, pero no creo que se llegue a producir.

–¿Cómo reaccionaría si uno de sus nietos se declara antitaurino?

–No pasará, y eso que tengo veinte nietos. Todos viven en un ambiente taurino, cuidan y conocen a los toros.

–¿Qué recuerdos guarda de las plazas mallorquinas?

–En el Coliseo toreé muchas veces, gracias a Pedro Balañá, y logré muchos éxitos.

–¿Hoy se rejonea mejor que nunca?

–Cada época tiene sus figuras. En la mía salía un toro difícil y bravo; hoy se busca un toro más suave.

–¿Qué es el temple?

–Es poner el toreo a la velocidad del toro, lograr que el toro lleve la velocidad que tú quieres.

–¿Llegó a materializar la faena con la que todos sueñan?

–No creo que hubiera una en concreto. La faena soñada podría ser la suma de unas cuantas que realicé en Barcelona –en total, más de cien–, Sudamérica, Portugal y Francia.

–Seis toros clonados. ¿El cartel del futuro?

–La clonación de toros bravos supone un avance científico, pero la naturaleza es insustituible. Un laboratorio nunca podrá conseguir lo que se consigue en el campo. Hay que estar al día, pero como ganadero opino que no hay que tocar ni jugar con las reglas de la naturaleza.

–¿Qué define al toro de Torrestrella?

–Una bonita hechura y dos virtudes: la bravura y el galope que muestra en la arrancada.

–¿Qué hace a José Tomás número uno?

–Lo es porque ha hecho cosas tan importantes que es difícil quitarle el cetro ahora mismo. El suyo es un toreo puro, valiente. No creo que haya nadie al que los toros le pasen tan cerca.

–Está en tierra de trotones. ¿Aficionado?

–Mucho. Las carreras de trotones son espectáculos muy bonitos y los caballos son muy especiales.

–¿Su pasión por el rejoneo sigue en privado?

–Cada día. No dejo de montar y entrenar a grandes caballos.

–¿Usted también les susurra?

–Ando a diario con ellos y les conozco muy bien. Me dan grandes satisfacciones. Lo más bonito es reproducir el paso que le enseñaste el día anterior.

–¿Dónde guarda la medalla de plata que obtuvo en los Juegos Olímpicos de Atenas?

–Está en la Real Escuela, porque fue la recompensa a un trabajo realizado por mucha gente. Estoy muy orgulloso de aquella medalla de plata, pues llegamos adonde antes no había llegado ningún otro caballo español.