Lago Junior, Antonio Raíllo, Damià Sabater y Pol Roigé siguen pendientes de su futuro. Los cuatro supervivientes de la pasada campaña no quieren que su nombre se vincule a la división de bronce del fútbol español y siguen buscando una salida pese a la oposición del club.

Hace precisamente una semana, el director deportivo del Real Mallorca, Javier Recio, fue claro al hablar del asunto: "Los chicos tienen ofertas y ellos, lógicamente, están intentando agotar todas las posibilidades para jugar en Segunda División. Saben desde hace tiempo que el club tomó una decisión firme, tienen que ser ellos los que se mentalicen lo antes posible de que van a seguir aquí". Desde esas contundentes palabras, la situación no ha variado. Ellos siguen buscando una salida y el club sigue contando con ellos.

Pese a que la intención de los cuatro jugadores es dejar de vestir la camiseta rojilla, el técnico está muy satisfecho por su entrega en los entrenamientos. En los doce días que Vicente Moreno lleva dirigiendo a su nuevo equipo, el valenciano considera que los futbolistas han rendido al máximo nivel en la Ciudad Deportiva y se ha creado un especial vínculo entre el preparador y Lago Junior, con quien ya coincidió en una etapa en el Nástic de Tarragona.

El caso del jugador marfileño es, precisamente, el que más dolores de cabeza está generando al club. Son varias las novias -Oviedo, Córdoba y Cádiz- que están tentando al futbolista para que abandone el Mallorca, pero la dirección deportiva tiene claro que no lo dejará escapar por menos de un millón y medio de euros. Moreno confía en que el club pueda retenerlo, pero teme que si se queda, su rendimiento se vea afectado. El centrocampista de 26 años tiene pendiente una reunión con Maheta Molango que se producirá en los próximos días, ya que el consejero delegado se encuentra esta semana de vacaciones. En dicha reunión, el costamarfileño apurará sus últimas balas pero sabe que será complicado que el consejero delegado ceda, más si cabe cuando ha expresado públicamente que quiere que los cuatro futbolistas sigan vistiendo la camiseta bermellona.

Antonio Raíllo también tiene previsto llamar a la puerta del despacho del suizo. El caso del central cordobés dio un giro radical cuando el pasado 10 de julio protagonizó una bronca en la Ciudad Deportiva con varios aficionados. Su salida se abarató notablemente tras el incidente, pero el Mallorca cree que la situación es reversible y que el jugador puede aportar mucho en la línea defensiva del plantel.