­La triste realidad que vive el mallorquinismo se refleja en que esta primera vuelta, que ayer cerró el equipo en Getafe, ha sido mejor para el equipo bermellón que la de la temporada pasada, que ya es decir. El empate en Getafe sirve para mantenerse fuera de los puestos de descenso, con veintitrés puntos, pero solo uno por encima de la quema. Ahora mismo hace un año, el Mallorca sí estaba en posiciones de bajar a Segunda B, con veinte puntos, y contrataba a su tercer entrenador, Fernando Vázquez, tras ´Chapi´ Ferrer y Pepe Gálvez.

Precisamente el gallego ya es historia esta campaña tras ser despedido en la jornada diecisiete y ahora es Javier Olaizola el que lucha para cambiar la dinámica tan mala de los últimos cursos. Lo que está claro es que la actual plantilla está rindiendo muy por debajo de las expectativas que despertó en verano. Solo cinco victorias, ocho empates y la friolera de ocho derrotas en los primeros veintiún encuentros explican por qué se ha pasado medio curso en la parte media-baja de la clasificación. Los baleares han sido incapaces de ganar dos partidos seguidos y han mostrado problemas en las dos áreas, tanto para marcar goles como para evitarlos en distintos momentos de la competición.

Los resultados en su inicio fueron malos, pero el juego daba esperanzas de que el Mallorca iría a más, pero nada más lejos de la realidad. Su primera victoria llegó cuando era el colista de la categoría, en la quinta jornada, ante el Girona (1-0). La irregularidad ha marcado su camino, sobre todo por sus horribles guarismos fuera, alternando derrotas claras como la del Anxo Carro de Lugo (3-1) con triunfos ante el Huesca en Son Moix (3-0). La mejor posición que ha ocupado en esta primera vuelta es la décima, curiosamente después de conquistar en Córdoba su único triunfo como visitante, en la jornada catorce (0-2). Sin embargo, a partir de ese momento empezó con un calvario ya que el empate ante el Sevilla Atlético (2-2) en el Iberostar Estadio dio paso a una terrible racha de cuatro derrotas consecutivas. Las dos primeras le costaron el cargo a Vázquez, que desde julio mantenía que tenían opciones de luchar por el ascenso mientras que los resultados dejaban en evidencia sus palabras. Y las dos últimas, ya con Olaizola, en Almería (2-1) y Soria (3-1), que sirvieron para cerrar un esperpéntico 2016 en puestos de descenso por deméritos propios.

El parón por las fiestas navideñas le ha sentado bien al Mallorca ya que ha vencido al Mirandés (2-0) y ayer sacó un punto de un campo tan complicado como el de Getafe (1-1), pero está por ver si es casualidad o si es una tendencia real. Lo que es seguro es que la segunda vuelta debería ser sustancialmente mejor que la primera para evitar sustos como el de la pasada temporada, cuando logró salvarse en el último suspiro en Valladolid.