Posiblemente por primera vez en cuatro años el Real Mallorca aspira a colocarse, después de la decimoquinta jornada, entre los seis primeros de la clasificación, los elegidos para intentar el asalto a la máxima categoría. Para ello, además de esperar lo que suceda en otros campos, el equipo mallorquinista deberá superar al equipo revelación de la temporada, el sorprendente Sevilla Atlético de Diego Martínez, que tras catorce jornadas solo ha claudicado en tres partidos.

Tras la primera victoria a domicilio, el viernes 11 en Córdoba, el Mallorca ha vivido la semana más tranquila y con mejor ambiente de la temporada. Era una de las asignaturas pendientes del equipo y, aunque la victoria se consiguió sin ninguna brillantez, al final lo que cuenta es la suma de los tres puntos, y más en una categoría tan igualada como la Segunda. Lo que quedó claro en El Arcángel es que el rendimiento del equipo es muy desigual cuando juega fuera que en casa. Culio, uno de los referentes de la plantilla, lo ha dejado bien claro esta semana: "Cuando jugamos fuera no presionamos igual que cuando lo hacemos en casa", dijo.

Pero, olvidada la alegría de Córdoba, el Mallorca se apresta hoy a un nuevo examen. Y de altura. El equipo rinde bien ante su público, pese a que el último partido ante el Zaragoza se cerrase con un empate a dos goles. Los dos primeros que encajaba en casa después del que marcó el Reus en la primera jornada, allá por el mes de agosto.

No habrá sorpresas, o al menos no se esperan, en la alineación que presentará el técnico gallego, siempre partidario de no tocar lo que funciona. Por lo tanto, jugarán los mismos que triunfaron en Córdoba de inicio, incluido Lago, totalmente recuperado de los problemas intestinales que le obligaron a abandonar el terreno de juego a los veinte minutos.

Los jugadores son conscientes de que están ante una oportunidad única de engancharse a las plazas de privilegio. Por primera vez en la temporada están ante la oportunidad de ganar de forma consecutiva, y ya se sabe que en Segunda eso es sinónimo de dispararse en la clasificación. Vázquez no quiere confianzas y ha aleccionado a sus jugadores de las dificultades que se encontrarán hoy ante el filial del Sevilla, con jugadores jóvenes pero alguno con experiencia en el primer equipo.

El mejor aval para confiar en el equipo es su trayectoria en Son Moix. Le irá mejor o peor, pero ofrece la imagen de un equipo fiable, dominador de los partidos y al que cuesta mucho ganar. Este es el equipo que Vázquez quiere que se vea esta tarde en un partido que puede marcar un punto de inflexión en la trayectoria del equipo en la temporada. O meterse entre los mejores o seguir instalado en la mediocridad.