Dudú Aouate no tiene mucho tiempo por delante para felicitarse por haberse convertido en manager general del Mallorca. A menos de dos semanas de que arranque la Liga en Valladolid -sábado, 23 de agosto- tiene muchos asuntos por resolver sobre la mesa, aunque los más trascendentes son la continuidad de Miquel Soler en el banquillo y de Miquel Àngel Nadal en la dirección deportiva. Aouate no tiene que consultarlo con nadie ya que para ello su cargo le concede un poder absoluto para la toma de decisiones.

La duda estriba en si el israelí se atreverá a prescindir del trabajo que se ha hecho hasta ahora sobre el césped, desde el 14 de julio, y en la confección de una plantilla a la que todavía le quedan huecos por cubrir, según las previsiones de Nadal, como la llegada de al menos un delantero más, un interior izquierdo y un central. Además, en el caso de que lo hiciera debería tener ya atado a un sustituto -Olaizola es de su agrado- y que estuviera dispuesto a iniciar su labor de inmediato. Más allá de que en las próximas semanas presumiblemente se convierta en el máximo accionista del club, si finalmente se hace con las acciones de Serra Ferrer -le cederá el 48 por ciento- y Cerdà -pagará 2,7 millones por su 5,4 por ciento-, el ya exguardameta debe adelantar el trabajo lo antes posible para que se despejen todas las incógnitas. Mientras el accionariado siga como hasta el momento, la política de fichajes no puede variar porque no hay liquidez.

La auditoría encargada por el Consejo explicará la situación económica real del club, algo de lo que a buen seguro está pendiente el propio Aouate. Si se convierte en el dueño estará obligado a inyectar liquidez si quiere elevar las prestaciones de la plantilla, que no podrá sufrir más retoques a partir del 31 de agosto, cuando se cierra el mercado de fichajes.

Dudas

Mañana ofrecerá una rueda de prensa en el Iberostar Estadio a las 11 horas para explicar al mallorquinismo sus intenciones. Cerdà dijo el viernes que creía que Aouate contaba con Nadal, pero no quiso pillarse los dedos cuando fue preguntado sobre la posible destitución de Soler. De hecho, algunas fuentes del club especulan con la posibilidad de que Aouate tenga en mente prescindir de Soler y Engonga, que apenas lleva cinco días como segundo entrenador, y de esta manera forzar la dimisión de Nadal, que se vería desautorizado. A partir de ahora el manacorí debe consultar cualquier decisión al exmeta, algo que reduce sustancialmente su margen de maniobra.

El preparador catalán no ocultó su incertidumbre sobre su futuro y reivindicó su trabajo tras el amistoso del pasado viernes en Águilas -Murcia-, en el que el Mallorca venció al Cartagena (0-3). "No podemos hacer otra cosa que esperar y hacer el trabajo lo mejor posible. Desde que llegamos con la confianza de Nadal hemos intentado construir un equipo nuevo, con un presupuesto reducido, y estamos ponienado la máxima dedicación, las máximas ganas. Lo que no puedo controlar es si el nuevo manager quiere que haya continuidad o no", reflexionó.

Otro tema que no se puede prolongar es el del futuro de Alfaro. El que ha sido su compañero durante las tres anteriores campañas busca urgentemente una salida por su elevado salario -un millón de euros-, una cantidad inasumible para el Mallorca. Otra cosa es que Aouate tenga un plan para resolverlo.