­ "Hay que ser ambiciosos". Lo repitió todas las veces que hizo falta Joaquín Caparrós al término de partido ante el Sporting, frente al que se consiguió una victoria tan convincente como contundente, aunque el resultado no reflejara fielmente la gran superioridad del Mallorca.

En solo dos partidos el equipo ha dado un salto de calidad inimaginable hace solo cinco días. El discurso, aburrido por repetitivo, era el de alejarse lo antes posible de la zona de descenso. De los seis puntos que le separaban antes del partido contra el Atlético de Madrid, el pasado domingo, se han convertido en doce tras la derrota del Racing contra el Sevilla (0-3). Por contra, las dos victorias consecutivas, ante el conjunto de Simeone y el de Clemente, han relanzado al equipo hasta posiciones que han permitido a Caparrós emplear el término ´ambicioso´. Y es que, mirando la clasificación, no queda más remedio que serlo. El Mallorca es ahora undécimo con 36 puntos, a cuatro de Osasuna, que con 40 marca la frontera de los equipos que la próxima temporada jugarán en Europa. Cuatro puntos, una diferencia que ni mucho menos es insalvable.

Pero, clasificación al margen, lo que permite a Caparrós mirar para arriba es el buen momento por el que atraviesan sus jugadores. Casi sin darse cuenta, se ha percatado de que en la plantilla tiene fondo de armario. Ausentes por sanción tres pilares fundamentales como Ramis, Pereira y Castro, en El Molinón apenas se notó su ausencia. Chico retornó al centro de la defensa y, excepto en el gol del Colunga, formó una pareja de centrales prácticamente inexpugnable con el veterano Nunes. Tissone, que reapareció en la segunda parte ante el Atlético tras varias semanas ausente por lesión, fue el líder del equipo, el centrocampista total, un jugador que se ha convertido en pieza imprescindible para su entrenador. Físicamente recuperado, abarcó mucho terreno ante el Sporting, empujando al equipo hacia la victoria. Por su parte, Nsue y Alfaro ocuparon las bandas. Aunque un nivel por debajo de Pereira y Castro, el mallorquín y el andaluz cumplieron. El primero marcando un gol clave, el 1-2 en el primer minuto de la segunda parte, y el segundo mostrándose incisivo, aunque solo en la primera parte. En la segunda desapareció y fue sustituido.

Ni Caparrós ni ningún miembro de la plantilla se atreven todavía a utilizar el término Europa. Pero el cuerpo técnico y los jugadores son conscientes de que si son capaces de mantener esta racha de buenos resultados –el equipo no conseguía dos victorias de forma consecutiva desde enero del pasado año–, sus opciones serán tantas como las de los equipos situados unas plazas más arriba.

Faltan diez partidos para el final, treinta puntos, y se necesitarán algunos más de la mitad para conseguir lo que sería una auténtica hazaña por la modestia de muchos de los jugadores. El primer escollo parece insuperable, o lo parecía hace solo cinco días. El Barcelona de Messi, que el pasado martes se convirtió en el máximo goleador de la historia del club azulgrana con 234 goles, jugará mañana en Palma consciente de que no puede fallar tras el nuevo empate del Real Madrid en Villarreal que ha colocado a los de Guardiola a solo seis puntos del equipo de Mourinho. De alguna manera, hablando de la frescura de los jugadores, Caparrós dejó caer que hará cambios para contar con hombres descansados para intentar frenar al Barça. Se da por segura la vuelta de Ramis, Pereira y Castro, puede dar descanso a Martí, que ha jugado dos partidos completos en tres días –en su lugar jugaría Pina– y Hemed podría volver a formar pareja ofensiva con Víctor. Caparrós sabe que será un partido de una exigencia física superlativa y para ello debe contar con hombres preparados.

Las próximas cinco jornadas, la mitad de lo que queda de campeonato, serán determinantes para saber el objetivo real del Mallorca. Tras la complicadísima visita del Barcelona, el equipo de Caparrós viajará al Sánchez Pizjuán para enfrentarse a un Sevilla irregular, el lunes 2 de abril. El domingo 8 pasa por Palma el Granada, un rival en teoría asequible, pese a la buena imagen que ofreció el martes en el Camp Nou. El jueves 12 el equipo visita al Racing, en otro partido que debe marcar el rumbo del Mallorca, y llegará a cinco jornadas del final con la difícil visita al Athletic de Bielsa, situado ahora solo un punto sobre el Mallorca y que parece que ha perdido fuelle entre tanto trajín de Liga, Copa y Liga Europa. La posibilidad de luchar por plazas europeas está en manos del Mallorca. Siempre mirando de reojo a la zona de abajo, lejos pero no lo suficiente, el equipo está pasando por su mejor momento y parece obligado ser ambicioso, el nuevo discurso de Caparrós.