El ayuntamiento de Campos, dirigido por el alcalde Sebastià Sagreras (PP), está en el punto de mira. Residuos de todo tipo se acumulan o lo que es aún peor quedan enterrados bajo la fina arena blanca de las emblemáticas playas de la costa del municipio. Además, la ausencia de socorristas provoca alarma puesto que la presencia humana va a más y son las vidas de jóvenes y adultos las están en juego. "¿Quién será el responsable en caso de que suceda una desgracia?", se preguntan muchos ciudadanos.

El alcalde, Sebastià Sagreras (PP), en declaraciones a IB3 reiteró que "realizar la limpieza de basura tiene un coste y el Ayuntamiento hasta que no haya los servicios sobre la playa no tiene previsto asumir el coste, no lo hará".

Tal y como avanzó Diario de Mallorca este pasado fin de semana, en algunos puntos de la paradisíaca playa de es Trenc se observa abundante cantidad de plásticos, vidrios, papeles, restos de comida y otro tipo de residuos. La famosa postal del protegido arenal virgen de la comarca del Migjorn, objeto de actual declaración de parque, luce su peor versión.

A su vez, el descontrol es flagrante: muchos visitantes que no respetan las cuerdas de protección del frágil sistema dunar y proliferación de masajistas ilegales, principalmente.

A raíz de una sentencia del Supremo por un caso de Islas Canarias (por unas instalaciones fijas), el consistorio campaner ha de proceder al derribo de los chiringuitos: uno en sa Ràpita, dos en ses Covetes, dos en es Trenc y uno en es Coto-Els Estanys. Dicha sentencia, referente a playas naturales, es de aplicación a nivel estatal. En su lugar se pondrán, este verano, seis quioscos desmontables.

En los últimos 25 años, los chiringuitos (y los lotes de hamacas y sombrillas) han constituido la gallina de los huevos de oro para Campos, llegando a recaudar más de un millón de euros al año.