El proyecto de campo de golf de 18 hoyos de Son Baco iba acompañado también un aparthotel de cinco estrellas, con capacidad para 328 plazas, según la información facilitada en su día por la promotora del plan, que cifraba la inversión en 45 millones de euros. A lo largo del último lustro, este campo de golf ha sido un motivo recurrente de fricciones políticas a nivel insular y municipal. En este sentido, en la pasada legislatura, resultaron especialmente tensas las sesiones de la comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio del Consell de Mallorca que se celebraron a finales del año 2008.

?Era la época en la que el pacto progresista gobernaba en esta institución. De hecho, en la comisión quedó de manifiesto la división existente entre Unió Mallorquina, por un lado, y PSOE y Bloc, por el otro, acerca de esta cuestión. UM, que era favorable al campo de golf como también lo era el por aquel entonces el alcalde Guillem Ginard, arremetió duramente contra sus socios de gobierno por iniciar el expediente de caducidad de la declaración de interés general. Los técnicos insulares argumentaban que procedía esa caducidad al no iniciarse las obras en el plazo necesario (fijado en seis meses) desde la concesión de la autorización.

?Los ´uemitas´ acusaron a sus socios de "dejar pasar una oportunidad única para el pueblo de Campos". El golf de Son Baco avivó también las disensiones en el pacto de gobierno municipal ´campaner´ y causó conflictos en los relevos previstos en la alcaldía.