La cosecha de cereales de la actual temporada en la isla será una de las peores de las registradas en muchos años. A pesar de que las expectativas en los pasados meses de marzo y abril eran muy buenas para el sector, finalmente no se han cumplido y los productores han constatado que la cosecha es mala y los rendimientos muy bajos. La cosecha es tan deficiente que, según asegura el sindicato Unió de Pagesos, algunas harineras no admiten el trigo que entregan los payeses debido a la baja calidad del grano, que no resulta apto para panificar.

“La buena o mala recolección está condicionada al tiempo que hace en los meses de mayo y junio”, explica a este diario un veterano payés del Pla de Mallorca al que le cosechaban su finca y apenas pudo llenar unos pocos sacos de grano. En mayo cayeron una media entre 50 y 60 litros por metro cuadrado y estas lluvias resultaron fatales a la hora de madurar el cereal. A este contratiempo hay que sumar el fuerte calor que hizo durante algunas semanas y las lluvias diarias del mes de junio, todo un cúmulo de circunstancias que han provocado este difícil escenario para los agricultores.

Según explican algunos payeses del municipio de Maria de la Salut, el rendimiento medio de la cebada está entre los 800 y 1.000 kilos por cuarterada. Los mejores resultados obtenidos en terrenos de alta calidad pueden llegar a los 1.400 kilos, resultados muy pobres en comparación con otros años. Así, el pasado año la media superaba ampliamente los 2.000 kilos por cuarterada y en terrenos de calidad se alcanzaron los 2.400, mil kilos más que en esta campaña.

El trigo puede que tenga un resultado un poco mejor pero no alcanzará ni de lejos el rendimiento esperado. En algunas de las tierras sembradas de avena se ha segado directamente el cereal para destinarlo a forraje. En algunos otros terrenos incluso se ha labrado sin cosechar para no perder tiempo y dinero.

“Es una de las peores cosechas que recordamos, y a todo esto hay que añadir que la conselleria de Agricultura no ha subvencionado la semilla ni ningún tipo de herbicida; además, el precio del grano está por los suelos, el gasoil por las nubes y los abonos con precios desorbitados”, apuntan los agricultores. El sector espera que con este “desastre” de cosecha, las administraciones se pongan las pilas y lleguen algunas ayudas, según manifiestan los agricultores que se muestran muy escépticos ante este panorama.

En el caso de las leguminosas, los resultados también han sido muy malos, sobre todo con el habón, fuertemente atacado por las ‘caputxes’. En algunas zonas como Sant Joan las lluvias del mes de octubre no permitieron que se pudieran sembrar ni el habón ni las habas.

En este sentido, desde Unió de Pagesos se observa una “gran preocupación” en el sector. “Al fracaso de este año con el forraje se suma ahora el mal resultado del cereal”, lamenta su secretario general, Biel Torrens. Las lluvias del mes de mayo provocaron que gran cantidad de las espigas del trigo fermenteran y los granos se han podrido y no sirven para elaborar la harina que después se destina a la producción del pan. “Como mal menor podrá ser utilizado como pienso, pero el agricultor perderá más del 50% del rendimiento”, afirma Torrens.