­Los fabricantes de calzado confesaron estar satisfechos de las ventas obtenidas durante la feria de sa Sabata, que ayer se clausuró en Lloseta. Fuestes del sector especificaron que se han superado las ventas de la edición del año pasado, a pesar de que en la plaza de España solamente había cuatro fabricantes que vendían sus productos y una comercial en la calle de Guillermo Santandreu.

Pedro Comas, fabricante de las marcas Cabrit y Apache, explicó que "el comprador busca buen precio, calidad y diseño, todo a la vez". Los precios oscilaban entre 30 y 60 euros el par; a mitad de precio que en las tiendas. Lo que más se vendió fue el mocasín dada la proximidad del verano. Cabe tener presente además, que el zapato deportivo, como el que fabrica Bestard, tiene un precio elevado pues se paga por él entre los 60 y 90 euros el par.

Año tras año siguen llamando la atención las demostraciones de la fabricación manual de calzado. El público pudo observar el modo en que los zapateros artesanos, tiempo atrás, fabricaban a mano el calzado.

Muestra variada

No se puede afirmar que la feria fuese temática y exclusiva de calzado y artesanía, pues en ella se pudo encontrar de todo. En los dos días feriales se contabilizaron más de un centenar de puestos de venta.

El Ayuntamiento quiso introducir este año una novedad y por ello dio en concesión la organización de una feria medieval que ocupó parte de los jardines de Aiamans. Sin embargo, esta muestra no resultó lo eficaz que se preveía como reclamo publicitario.

La muestra medieval no alcanzó las cuotas de público que se esperaba ni satisfizo las espectativas de muchos vendedores que se acogieron a ella. Alguno de ellos se quejaba ayer del elevado precio que se pagaba por los puestos (aproximadamente unos 15 euros por metro más el IVA).

Más de uno reconoció que le estaba costando mucho hacer caja para pagar los gastos.

Otros pusieron de manifiesto que al no regarse el suelo, de tierra, se levantó polvo durante todo el día con el viento, lo que perjudicaba al vendedor.

Exposiciones

En las dependencias del palacio de Aiamans se contemplaron restauraciones de objetos antiguos efectuadas por Lorenzo Isern; zapatos antiguos cedidos por el museo del calzado; esculturas de Jaume Llabrés y pinturas de Polcapó y Pedro Lorente.

La plaza de la Iglesia sirvió para dar cobijo a los juegos infantiles mientras que en las dependencias de Ca Ses Monges Manela Gracia, presentaba su restauración de muebles y cuadros.

La jornada fue extraordinaria por lo que al tiempo se refiere, incluso calurosa a ciertas horas del día. Eso propició que el número de visitantes fuera elevado pero sin notarse tampoco saturación de gente.