Magia, tradición y emoción. Sa Pobla vibró de nuevo con la celebración de su noche más importante. Para los poblers no hay fecha más señalada en el calendario que el 16 y 17 de enero, y más que una fiesta se ha convertido en un sentimiento común y popular. Miles de personas se acercaron hasta el municipio para vivir de cerca la fiesta y comprobar cómo, un año más, Sant Antoni aguantó con paciencia las mil y una inclemencias del Dimoni, quien no consiguió doblegar al santo.

Ya por la mañana los más pequeños empezaron a vivir y a sentir la fiesta con la ya tradicional visita a la possessió de Sa Llebre para hacerse con la leña necesaria para elaborar los foguerons de la Iglesia y del Consistorio. Los dimonis se adueñaron de sa Pobla durante la tarde bailando y persiguiendo a los niños hasta que a las siete y media se dirigieron hasta el Consistorio, donde empezaron a llegar las autoridades políticas invitadas a la celebración.

A diferencia del año pasado, cuando acudió la plana mayor del Govern y del Consell, en esta ocasión sólo visitaron el municipio la presidenta del Parlament, Margalida Durán y su antecesor en el cargo, Pere Rotger; el vicepresidente del Consell, Joan Rotger; los consellers Biel Company y Rafael Bosch (llegó al final de Completes); y el diputado Miquel Ramis, entre otros. Aunque no se registraron las protestas masivas del pasado año, sí pudieron oírse ayer algunos silbidos en la plaza cuando los políticos volvían de Completes.

Una vez llegaron las principales autoridades se representó el Ceremonial de la Sanción Histórica de Sant Antoni, actuación que dejó escrita el añorado cronista Alexandre Ballester y realizada por la Escuela de Teatro local.

Las autoridades políticas se dirigieron después a la iglesia acompañados por los Caparrots, los Gegants, la banda de música municipal y los dimonis de la Obreria de Sant Antoni, los d´Albopàs y los dimonis paralímpicos del Grif. Antes de la llegada de las autoridades, los Caparrots se pararon delante del bar Toni Cotxer para hacer una capada (reverencia) a modo de homenaje a Jaume Mestre, el propietario fallecido hace días. La capada fue fruto de una petición popular.

A las 20 horas se celebraron las tradicionales Completes, presididas por el prior de Lluc, Antoni Vallespir , y oficiadas por Llorenç Lladó, párroco de Bunyola. El dinero que se recaudó durante la misa será destinado a la mejora del santuario de Lluc. Tras las Completes se vivió uno de los momentos más emotivos cuando el clamater Miquel Capó pronunció el sentido Visca Sant Antoni!.

Uno de los actos más seguidos fue el baile de los Caparrots y el de los ´dimonis´, que tuvo lugar a las 21.30 horas. La plaza Major lució repleta y fue complicado acceder a ella a partir de las 21 horas. A pesar de que la lluvia amenazó con aparecer durante todo el día, el piromusical pudo celebrarse sin problemas y la música y los fuegos artificiales se adueñaron del recinto y se convirtieron en protagonistas. La jornada continuó hasta altas horas, con foguerons y glosas como protagonistas.