El día de los Santos Inocentes es sinónimo de juerga juvenil y gamberrismo en los pueblos del Pla de Mallorca, donde la tradición de los quintos todavía perdura, si bien en la actualidad ha derivado hacia acciones vandálicas gratuitas de dudosa carga cómica. La de ayer también es una jornada de preocupación para los ayuntamientos y, sobre todo, para las brigadas municipales, que deben multiplicarse para reponer todo lo que los jóvenes ponen patas arriba durante la noche.

Ayer no fue una excepción y los quintos volvieron a hacer de las suyas en municipios como Sineu, Lloret, Sant Joan, Petra o Montuïri, entre otros, donde las bromas pesadas de los jóvenes, como es habitual, provocan opiniones de todo tipo.

En Sineu, los quintos del 93 esparcieron paja por todo el centro de la localidad, realizaron pintadas en la calzada,tiraron huevos a la fachada del Ayuntamiento y atacaron, con más o menos intensidad, propiedades privadas como la tienda que regenta la hermana del alcalde Pere J. Jaume (PP), que amaneció llena de paja y bolsas de basura y una pancarta de contenido político.

El alcalde estaba muy enfadado ayer con las acciones de los jóvenes. Jaume cree que es víctima de una "persecución política" contra él y otros miembros de su partido. "También han robado animales de fincas rústicas para trasladarlos al pueblo y han arrancado porterías de la anterior escuela para plantarlas en la calle", añadió Jaume, convencido de que, además de los quintos, "actuó una brigada paralela que hizo auténticos desastres". A su entender, "hay un sector del pueblo que es intolerante y poco democrático". El edil todavía no ha tomado una decisión sobre los autores, pero anunció que les convocará la próxima semana para tomar una decisión. Al parecer, los quintos se negaron ayer a limpiar lo que habían ensuciado. "Sé quienes son", avisó.

En Lloret, por su parte, los quintos se encargaron de ´decorar´ el pueblo con paja y contenedores de basura, sin ir más lejos, según explicó el alcalde Joan Jaume.

En la misma línea, Sant Joan se vio repleto de paja especialmente en la calle Major, ante la iglesia y Can Tronca, plaza Rei Joan Carles y la fuente del Pes des porcs. La puerta principal del consistorio recibió el impacto de huevos mezclados con residuos, lo que retrasó la apertura al público (si bien los ciudadanos podían entrar por un acceso lateral). Al lado del campanario se ´instaló´ un baño y un sofá. También se colocaron señales de dirección prohibida en calles y, un año más, la raya amarilla de la calle Palma (donde reside la exalcaldesa Munar) se pintó de negro. El alcalde, Juan Magro, reveló que "la brigada ya estaba preparada" y opinó que "mientras las bromas no sean pesadas y no afecten edificios, coches y mobiliario no es alarmante, son cosas de jóvenes".

En Petra los quintos también esparcieron mucha paja en las plazas Pare Serra y Ramon Llull. En el surtidor encerraron una porcelleta. En esta ocasión la estatua de Juníper Serra no ´sufrió´. Un cartel reflejó la siguiente glosa: Enguany per compassió / el Pare Serra no tocarem, / perquè els quintos entenem / que està de celebració (300 aniversario de su nacimiento). La alcaldesa, Catalina Mas (PSM), consideró que "este año se han portado muy bien".

Los quintos del 94 de Montuïri no se fueron por la andadas y "se comportaron bien". Montaron un pequeño corral cerrado con vallas debajo de las arcadas de la casa consistorial, colocaron una camiseta amarilla relativa a su quintada en la estatua del Pare Martorell de la plaza y cuatro bragas rojas en el portal de la iglesia de Sant Bartomeu. Dejaron constancia de su identidad en la alzada de la calle es Puig. En la calle Rector Rubí dejaron plasmadas manos blancas antes de que se les derramara el bote de pintura sobre el suelo que la brigada cubrió con arena.