CON UNA TONELADA Y MEDIA DE ALGARROBAS PARTIDAS POR MUNICIÓN, unos 300 jóvenes de Costitx y los municipios vecinos se divirtieron ayer por la tarde en la tercera edición de la Garrovada. Uniformados por camiseta naranja, desde primera hora de la mañana pudieron disfrutar de una improvisada piscina hecha con balas de paja en la plaza de la Iglesia que les sirvió para mojar a todo el que se les ponía por delante. Después de reponer energías, a las 15.30 horas llegó el tractor con las algarrobas que desató una batalla de la que nadie salió ni limpio ni seco. Además de los participantes, políticos locales, restauradores y periodistas también acabaron mojados. Por la tarde, la brigada local tuvo que esmerarse para dejar la plaza como una patena y eliminar el olor a algarroba.