El servicio especial de trenes que Serveis Ferroviaris de Mallorca había activado con motivos del Dijous Bo funcionó ayer a pleno rendimiento, sin retrasos considerables, y desplazó hasta la feria de Inca a miles de personas durante toda la jornada.

El mayor volumen de pasajeros llegó procedente de Palma. Los trenes unían las dos ciudades con frecuencias de veinte minutos, con la particularidad de que los convoyes paraban en todas las estaciones situadas entre Palma y Marratxí para facilitar el desplazamiento del máximo número de personas posibles. Las previsiones de la empresa ferroviaria apuntaban a que unas 30.00o personas utilizarían el servicio ayer y otras 5.000 harían lo propio en la noche de la pasada ´revetlla´.

Mucho público se desplazó a Inca desde el otro extremo del corredor: sa Pobla y Manacor. Los trenes que llegaban de la capital del Llevant también estaban abarrotados, a pesar de que los coches iban equipados con el máximo de vagones posibles.

Sin embargo, se detectaron algunos problemas de organización por parte de la empresa. Los pasajeros que accedían al tren desde estaciones donde no es posible adquirir el billete por la ausencia de taquillas y máquinas expendedoras debían pagar el trayecto en la estación de Inca. Allí, una única trabajadora cargada con una máquina debía facturar todos los billetes, provocando un considerable embotellamiento de gente que esparaba para salir de la terminal.

Cuando la máquina se atascaba o se paraba para cargar el papel, los trabajadores de la estación dejaban pasar sin pagar a los pasajeros que estaban en la cola, por lo que muchos viajaron gratis.