La tradicional Gran amollada d´ànneres de las fiestas de la Colònia de Sant Jordi atrajo en la mañana de ayer a cerca de quinientas personas, entre nadadores participantes, tripulantes de embarcaciones y público asistente, de Mallorca y bastantes turistas. Se constató que la peculiar suelta –desde hace ya varios años con patitos de plástico tras las protestas de plataformas defensoras de los derechos de los animales que rechazaban el uso de aves vivas– es uno de los actos más emblemáticos de las celebraciones del núcleo costero del municipio de ses Salines, en el sur de la isla.

En la embarcación desde la cual se arrojaban los pequeños patitos iban autoridades políticas locales. El alcalde, Tomeu Lladonet, y el concejal de Fiestas, Tolo Salvà, detallaron que había una treintena de patitos con premio económico: los que ´capturaban´ ánades amarillas con el número 1 conseguían 10 euros, mientras que el 2 suponía 5 euros. En total el Consistorio entregaba 225 euros.

Asimismo, además de patitos se lanzaron 10 melones y 10 sandías, y unas 48 botellas de cava y vino. La silueta característica de islotes próximos a la Colònia, y de la majestuosa Cabrera más allá, volvió a contribuir a una estampa paisajística realmente espectacular.

Lladonet y Salvà también expresaron su satisfacción por la "elevada participación" en el conjunto de las fiestas, que por cierto este año tenían más del doble de actos que años anteriores: de 18 se pasó a 36. En la siempre multitudinaria velada del sábado se registró de nuevo botellón. Lladonet resaltó el trabajo de agentes de la Policía Local, Benemérita y ocho guardias privados contratados.