La primera unidad de tren eléctrico que realizó ayer el trayecto entre las estaciones de Palma e Inca superó la prueba con éxito y demostró que el corredor ferroviario entre las dos ciudades, objeto de complejas obras de electrificación desde junio del pasado año 2010, está preparado para la sustitución progresiva de los viejos convoyes diésel por las nuevas unidades eléctricas. Antes del próximo verano, toda la línea Palma-Inca podrá funcionar con trenes eléctricos, según aseguró el conseller de Medio Ambiente y Movilidad, Biel Vicens, durante el viaje de prueba realizado ayer por la tarde con salida en la estación intermodal y llegada en Inca. Han pasado 136 años desde la inauguración de la línea antes de que llegue este cambio.

A pesar de que las unidades eléctricas llevan unos meses en periodo de pruebas por la línea de metro para que los trabajadores se familiaricen con ellas, el trayecto de ayer sirvió para que políticos y periodistas comprobasen de primera mano las virtudes del nuevo sistema de transporte, "más cómodo y respetuoso con el entorno", según destaca el ejecutivo autonómico. Ante la ausencia de última hora del president Francesc Antich, la comitiva política estuvo presidida por el conseller Biel Vicens; el delegado del gobierno, Ramón Socias; el director general de Movilidad, Antoni Verger; y los gerentes de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) Tomeu Gual y Jaume Jaume. El secretario general del PSM, Biel Barceló, tampoco quiso perderse el viaje.

El Govern ha adquirido un total de trece unidades eléctricas, de las cuales ocho constan de cuatro vehículos y los otros cinco de tres vagones, con una inversión aproximada de 75,4 millones de euros. Cada uno de los vagones posee fuerza motriz propia, por lo que la velocidad de aceleración y frenada es superior que en los trenes de diésel, un factor que permitirá reducir el tiempo del trayecto, según el conseller, si bien todavía no se ha estudiado "si es necesario" modificar las frecuencias actuales. Vicens destacó la "eficiencia energética más alta" de los nuevos convoyes, la ausencia de "emisiones contaminantes" y el ahorro a largo plazo en el gasto que se pone el mantenimiento, ya que "las unidades eléctricas no sufren tantas averías como las diésel".

El conseller subrayó además que los nuevos trenes eléctricos son compatibles con las vías por las que circula el metro de Palma y con el corredor que usará más adelante el tren-tram entre Manacor y Artá, de forma que todas las unidades se podrán usar indistintamente en todos los trazados en función de las necesidades del momento.

Las obras de electrificación entre Palma y la estación de Enllaç (Inca), que cubren una distancia de 34 kilómetros, han tenido un coste de 36 millones de euros. Los trabajos, que han incluido la construcción de tres subestaciones en Es Caülls, Alaró-Consell e Inca, se iniciaron en junio de 2010 en horario nocturno para no afectar a la línea regular, si bien los retrasos han sido constantes.