En pleno debate nacional sobre medidas para reducir el gasto energético, con propuestas como la rebaja de la velocidad máxima a 110 kilómetros por hora, los ayuntamientos recuerdan que desde hace meses ya impulsan sus planes particulares de choque, de ajuste. ¿Las medidas adoptadas? De amplio espectro. Los consistorios han optado por la instalación de alumbrado de bajo consumo y el apagado de luces por las noches, entre otras iniciativas.

Los planes de ´tijeretazo´ eléctrico han exhibido tintes novedosos en algunos casos. Como en el de Inca. Fuentes municipales recuerdan el carácter pionero de su iniciativa de sacar a concurso el servicio de suministro de energía para el alumbrado público y los edificios municipales. Como resultado, remarcan, han logrado una media de ahorro anual de 135.000 euros anuales.

"Todas las administraciones tenemos que poner de nuestra parte [en el plan de ajuste de gasto]", manifiesta el regidor de Economía del ayuntamiento de Marratxí, Tomeu Oliver, quien subraya que desde principios de legislatura han sustituido el 80% del alumbrado público, además de las luces de las instalaciones deportivas, lo que ha implicado "un ahorro del 30%".

Sistema de informatización

Desde Sóller, la concejal de Medio Ambiente, Catalina Esteva, apunta que en la actualidad trabajan "en la informatización del alumbrado mediante un programa de eficiencia energética".

La edil explica que en los últimos años el Ayuntamiento ha instalado bombillas de bajo consumo "y ahora, como en el caso de la plaza de la Constitución, hemos instalado bombillas LED por primera vez en Sóller". Y, agrega, habrían implementado más medidas si hubiesen dispuesto de más presupuesto. En Andratx, han aprovechado los estertores del Plan E para acometer un proyecto de reforma de las 400 farolas del casco urbano, plan que tiene un presupuesto de 200.000 euros. Como explicó recientemente el segundo teniente de alcalde, Francesc Femenias, se reemplazarán los antiguos dispositivos de vapor de mercurio, con una potencia de 125 vatios, por unas modernas lámparas de 35 vatios. Tampoco se ha quedado atrás en este sentido el ayuntamiento de Alcúdia. A finales del año pasado, dio a conocer un plan de choque que incluía medidas como el apagar por las noches una de cada tres farolas del casco histórico, además de restringir la luz que resalta las fachadas de instalaciones públicas, como el Auditori, y los focos que iluminan monumentos emblemáticos como las murallas que rodean la localidad.