¿Dónde compran a medida los capirotes que el viernes se empezaron a ver por las calles de Palma? En La Filadora. Allí visten la mayoría de cofrades que participan en las procesiones de la Semana Santa de Ciutat. Y los que no se equipan con telas y complementos del establecimiento centenario es porque, probablemente, han heredado los trajes de padres y abuelos. "Cada cofradía tiene su propia sarga (el tipo de tela utilizada) con un tinte especial que hay que respetar para que no se produzcan variaciones", tal como detalla la propietaria, Victoria Sánchez.

Los proveedores con los que trabaja este comercio son los mismos desde hace más de medio siglo. "Nos debemos a las cofradías y si nos escogen porque somos especialistas en estos tejidos, no les podemos defraudar", añade. Además de las sargas de penitente, suelen utilizar raso, terciopelo o yute, que es el tipo de tejido con el que confeccionan los trajes de la austera hermandad de Sant Jeroni. En cuanto a los colores, el salmón de Santa Mónica o el verde de Sant Miquel, entre otros, los tiene en exclusiva el establecimiento situado en la calle Foners.

Los complementos, como por ejemplo los cordones y portacirios de cuero, también se cuidan hasta el más mínimo detalle y son creados a mano por artesanos de unos oficios que desaparecerán con ellos cuando se jubilen. Lo mismo ocurrirá con la bordadora que colabora con La Filadora, una nonagenaria que "hace maravillas con hilo de oro" y ahora está trabajando en un nuevo estandarte para una cofradía de la Part Forana.

Trajes a 400 euros

Para vestir de nazareno con túnica, capirote, capa, faja y manguitos, hay que gastar al menos 390 euros, un precio que puede ascender hasta los 460 dependiendo del tipo de tela, sin contar los bordados ni complementos. Las opciones más económicas son adaptar vestimentas heredadas y, en caso de saber confeccionarlas, comprar solo la tela.

El histórico dependiente Miquel Joan recuerda que en los años 70, con el franquismo, elaboraban seis o siete trajes de Semana Santa al año. Sin embargo, "cuando se produjo el cambio y dejaron entrar a las mujeres en las procesiones, hacíamos cientos para cada cofradía", según destaca. Tiene una en mente, la del Silencio, donde eran 30 o 35 cofrades y, "cuando entró el presidente Gabriel Cañellas, se llenó de escolanets y mujeres y pasaron a ser ciento y pico".

El emblemático comercio ha confeccionado este año 16 trajes completos y la venta de complementos es casi continua durante estos días previos a la Semana de Pasión.